‘Er Prinzipito’ y el arte de la creación

Desde que yo me acuerde, siempre me ha dado mucho por culo la ortografía.

¿Es necesaria? Sí.

¿Es importante? Supongo que también.

Un poco de ortografía está bien.

Un mucho cuando hablamos de trabajo lo es todo.

Pero la verdad es que es tela de aburrida y cuando la gente se pone muy pesadita con ella, o se ofende y se indigna con que otra gente escriba mal, ya es el colmo de la pereza.

Siempre he creído que los que se vanaglorian demasiado con la ortografía son como los patriotas: Se dan golpes de pecho por algo que les ha tocado vivir, pero que no viene de ellos. Lo cierto es que la ortografía, como cualquier otra norma, puede limitar el arte de la creación. Ya en su momento Laurence Sterne fue muy criticado por no «saber escribir» cuando creó a Tristram Shandy.

Hace poco un amigo me descubrió a Antonio Beleña (ojalá exista Antonio Beleña) y yo le preguntaba si creía que escribía así de mal aposta o si sería un personaje. Él me decía que si fuera un personaje sería más difícil escribir así de mal que escribir bien, porque escribir así de mal es como crear un nuevo lenguaje.

Y yo me pregunto… ¿Hay algo más artístico que crear un nuevo lenguaje?

Qué más dan las inclinaciones políticas si Huan Porrah está haciendo arte.

Y qué más da si escribe o no en andaluz, o en qué tipo de andaluz…

El andaluz es demasiado bonito para meterlo aquí.