Lo retro está de moda. Ya lo sabemos. Y lo está especialmente en el mundo de los videojuegos. La confirmación de esta tendencia de buscar los videojuegos que triunfaron allá por los 80 o los 90 ha llegado esta semana en forma de la gran apuesta de Nintendo para estas navidades: la NES Classic Mini.
¿Qué es? Pues ni más ni menos que una reproducción más pequeña de la clásica NES que causó furor en los años 80 en todo el mundo. Y dentro trae nada menos que 30 juegos clásicos. ¿Lo más fantástico de todo? Pues que viene con una conexión HDMI y puedes jugar en tu televisión actual al Super Mario Bros. de toda la vida. Y eso es un puntazo.
Y es que en estos tiempos en los que hablamos de 4K, de PS4 Pro, de nuevos modelos de XBOX, de futuras consolas… los juegos clásicos, paradójicamente, siguen ganando terreno. No hace mucho, en una tienda de venta de videojuegos de segunda mano en Madrid, hablaba con el dueño del tipo de clientes. Me comentó que, en una amplia mayoría, se acercaban gente de más de 30 años. Incluso muchos padres con sus hijos que quieren contarles como ellos se aficionaron a los juegos.
Sin embargo, este chico me contó que cada vez más chavales de entre 10 y 13 años se acercaban a la tienda para preguntar por juegos de la Mega Drive o la Súper Nintendo. ¿El motivo? Pues además de que los clásicos son una apuesta segura es que cumplían una premisa básica: los encendías y te ponías a jugar casi al instante.
Está claro que los juegos actuales son auténticas obras de arte. Algunas introducciones hacen que empezar a jugar, en ocasiones, se haga eterno. Lo mismo sucede con las actuaciones de las consolas. Con los clásicos no sucedía eso: cogías tu Súper NES o tu Mega Drive, metías el cartucho, encendías, dabas un par de veces a los botones y ya estabas viviendo aventuras. Todo en menos de un minuto.
En parte es gracias a esto por lo que NES Classic Mini es un éxito. Ahora mismo es imposible encontrarla por su precio original en ninguna tienda en Internet. Sí podemos verla en reventa y a un precio muy superior. Lo mismo sucede con el mando: encontrarlo por su precio original es toda una odisea.
30 juegazos para una pequeña maravilla
Así pues nos encontramos de frente con la NES Classic Mini. Abrimos la casa, la sacamos y descubrimos que cabe en la palma de nuestra mano. La conectamos a la televisión, cogemos el mando con un cable demasiado corto, encendemos y aparece un menú con auténticos clásicos de la historia de las consolas. Desde las tres grandes aventuras de Mario en la NES hasta The Legend of Zelda pasando por Castelvania, Ninja Gaiden, Mega Man 2 o el mitiquísimo Donkey Kong.
Eliges juego y te dispones a jugar. Entonces comienzas una especie de viaje al pasado a través de plataformas, pantallas, enemigos e historias ya vividas pero que nunca pasan de moda. Quizás esa sea parte de la magia de los videojuegos: uno consigue volver a disfrutar con algo que disfrutó en su infancia pero que sigue siendo igual de jugable, divertido y adictivo de lo que lo fue en su día.
En resumen: larga vida a la NES Classic Mini.
