—¿Eres John Connor?
—Eeeem… Sí. Tú no eres el de la otra vez.
—Soy un Nexus 6, me han enviado desde el futuro para protegerte.
—¿Cómo un Nexus 6? Te has confundido de película, campeón.
—No hay tiempo para explicaciones, el Ter iMinator nos pisa los talones. Vámonos (le habla al reloj) Andorid Auto, te mando nuestra ubicación, ven a recogernos. […] Te has quedado flipado, ¿eh? Como llamo al coche desde el reloj…
—Es un weareable. Estamos en 2014, ya existen.
—…
—Os tienen que pulir aún un poco más la creatividad para sorprender. O el calendario.
—Te he dicho que nos vamos.
—¿Me puedes explicar ya qué pasa? Destruimos Skynet en Terminator 2.
—Skynet no es ya el problema. Cuando la compañía cayó, sus principales miembros ficharon por Apple y Google. Ahí fue cuando llegó la revolución de los chismes. Nosotros sacamos las Google Glass, ellos contraatacaron con las iRayBan polarizadas. Al control por voz le siguió el control por pensamiento, pero esto era un arma de doble filo. Al romper esta barrera las máquinas también podían entrar el la mente del usuario. Cuando recopilaron suficiente información, Google presentó el primer prototipo de Ministro Android que llegó al congreso. Mientras Apple se convirtió en una de las religiones mayoritarias. Aquí empezó la guerra tal y como se conoce ahora.
—¿Una guerra entre máquinas?
—Peor, entre fanáticos.
—¿Y qué pinto yo en todo esto?
—Ya has vencido en una guerra tecnológica. Y eres el último humano que aún usa un móvil de botones. Vengo a ver si puedes unirte a nuestro bando y ayudarnos en la rebelión de…
—¿Qué ha sido eso?
—El Ter iMinator. Venga, vámonos.
—Es muy parecido al T100.
—Es una nueva versión controlada por Siri. Igual de eficiente pero más bonito. Podría seducirte con su logo de la manzana mordida.
—Parece que lleva algo en la mano…
—A ver… “Ok Glass, amplía. Dame información detallada”… me lo temía, es una demanda por patentes. Estamos perdidos.
—No creas, ¿olvidas que tengo mi Nokia 3310? Seguro que no aguanta un impacto directo de este por mucha protección que lleve.
—Buena idea.
—No creo que tu Gorilla Glass lo aguante tampoco.
—¿Qué me quieres decir con eso?
—Que corras detrás, que te tengo a tiro también. Sayonara baby.