Antes de que el iPhone se convirtiera en fenómeno de masas, antes incluso de que los teléfonos fueran inteligentes, si querías poder gestionar tu vida de forma digital, necesitabas una PDA.
Las PDA no eran teléfonos, el significado de sus iniciales deja claro cuál era su función: Asistente Personal Digital. Una suerte de secretaria, que te ayudaba con la agenda, te recordaba las citas, te llevaba los contactos y que además te cabía en los pantalones.
A mediados de los 90, quien tuviera una PDA sorprendía allá donde fuera. Pero quien tenía un Palm era admirado como un ser adelantado a su tiempo.
No fue hace tanto, Palm lanzó al mercado su primera PDA, la Palm Pilot, en 1996 y triunfó a lo grande. Tanto, que a partir de entonces cualquier PDA era llamada Palm, fuera cual fuera su marca.
La empresa se había fundado cuatro años antes de este rotundo éxito y había comenzado comercializando software para PDA de terceros. Durante todo ese tiempo debieron tomar buena nota de los fallos que cometían sus clientes, ya que ellos sacaron un producto mucho más pulido.
El mayor error de otros fabricantes, era tener un software que no aprovechaba el potencial del hardware y que no fuera amigable, un error frecuente incluso hoy en día. Recordemos que en aquella época cada fabricante tenía su propio sistema operativo, algo difícil de creer en la actualidad, pero hay que recordar que el germen de Android no se gestó hasta 2003.
Así que en Palm, siendo su origen el desarrollo de software, desarrollaron Palm OS, que conseguía explotar todo el potencial de su aparato y que sentó las bases de cómo debería funcionar una PDA.
Ahora nos parece un cacharro feo, sin gracia y con muchas carencias: no era táctil, no tenía wifi, ni 3G y no podía enviar e-mails. Pero hay que tener en cuenta que este aparato salió al mercado 11 años antes de que esa deidad en la que se ha transformado Steve Jobs, presentase el primer iPhone.
Tras esta época dorada y varias PDA que marcaron época, Palm decayó, como otras muchas empresas de los 90, el nuevo siglo les cogió con el pie cambiado y se convirtieron en fósiles. Intentaron adaptarse y lanzar smartphones, pero nunca fueron capaces de lanzar un producto rompedor. Finalmente Palm, fue comprada por HP en 2010, certificando el final de un mito.
En la actualidad, en cualquier teléfono de gama baja encontramos una agenda, un listado de contactos, un calendario, una cámara e incluso música, pero hubo un momento en que poseer una Palm era ser parte del futuro.