Años 90. Viernes por la tarde. Varios adolescentes se agolpan sobre una gastada Super Nintendo que, junto con la Mega Drive, es una de las reinas del cotarro de aquel primera (o segunda) generación de jugones. Eran otros tiempos: dos mandos, bocadillos de jamón… y en la pantalla partida de la televisión un videojuego: Super Mario Kart.
Cada uno teníamos nuestro personaje asignado para todas las partidas. El mío fue, es y será Yoshi. Otros a Toad (La Seta), otros a Mario… casi nadie a Bowser o a Donkey Kong. Pobres. Así, una y otra vez durante toda la tarde del viernes, luchas fraticidas para ver quién es el ganador en los cuatro torneos (con cuatro carreras cada uno) que ofrecía ese primer Mario Kart. Él que perdía… al banquillo humillado.
Super Mario Kart para Super Nintendo fue una revolución. A todos nos gustaban los juegos de coches. Pero eso era otra cosa… no sólo podías vencer a tus amigos en una carrera sino que podías humillarlos robándoles la victoria en la última curva con un caparazonazo certero a traición. Ese subidón que uno tenía cuando en la última vuelta (anunciada por esa nube cabronías que te ansiaba a llegar a la meta) era afortunado y obtenía un caparazón rojo. Sí, el caparazón teledirigido.
Y ahí… tu rival y tú… frente a frente. Él sabe que tienes un caparazón rojo y que estás dispuesto a usarlo. Tú sabes que tienes que aprovechar bien el momento. Y llega… penúltima curva. Disparas. Le das, rueda y pierde sus monedas mientras tu pasas raudo y veloz a su lado, convirtiendo su victoria en la tuya. De la mejor manera: caparazonazo injusto en el último minuto.
Eso es Mario Kart. Eso ha sido siempre Mario Kart. Y eso, esperemos, siga siendo Super Mario Kart 8 cuando a partir del próximo 30 de mayo llegue a las tiendas para Wii U. El juego que necesitaba esta consola de Nintendo para funciona llega cuando más lo necesitas. Porque esta saga responde a un calificativo que muy pocos juegos tienen: es un vendeconsolas.
A aquel mítico Super Mario Kart de Super NES (lanzado en el año 1992) le siguieron seis más. Muchos nunca entendimos porque no hubo una segunda parte para ‘El cerebro de la bestia’. En 1997 llegó para la Nintendo 64 el llamado Mario Kart 64 que era una evolución del primero. Luego pasó a las consolas para instalarse en Game Boy Advance. Lo mejor de esta edición (Mario Kart Super Circuit) es que rescataba algunos de los circuitos de Super Nintendo y podías jugar con él por todas partes.
Luego llegó el turno para Game Cube. Sí, la consola esa que parecía un dado, era increíble y tuvo tan poca suerte. Ahí, con Double Dash, los chicos de Nintendo intentaron hacer algo muy raro ya que podías cambiar de piloto y tu compañero era quien arrojaba los instrumentos de matar.
Y en el año 2005, Mario Kart se pasó a la DS que trajo consigo lo que necesitaba esta saga para revitalizarse: el modo online. Eso fue una locura. Tu Yoshi y tú compitiendo contra señores de China o de Estados Unidos para lograr victorias épicas esquivando plátanos y caparazones. Igual que en Wii donde, además de entrar en juego las motos, uno podía sentirse a bordo de un kart convirtiendo su mando en un volante.
La última entrega fue Mario Kart 7 que llegó en 2011 para la Nintendo 3DS, que para mí es 2S porque me mareo jugando al modo de las tres dimensiones. Y ahora, en mayo de 2014, llega el momento de la verdad… quizás el mejor Mario Kart de todos los tiempos. El número 8.
El día 30 saldremos de dudas cuando arranquemos en la Wii U este juegazo que promete batallas contra la gravedad, las míticas Copa Champiñón y Copa Caparazón, nuevos circuitos, remakes de algunos viejos, plátanos, monedas… y ese maldito caparazón azul con pinchos que a todos nos ha arruinado más de una vez la vida.
En sus marcas, aceleren y a disfrutar de Marío Kart 8.
Muy buen artículo juanlu. Yo era de toad a muerte. Aunque donkey kong caía alguna vez. Es otro de mis favoritos. Odio a bowser.