No sé si pasará con este artículo como con José Luis Moreno y si cayera en las manos de Mediaset alguien decidiría denunciarme. ¿Se imaginan? Me imagino que los señores que toman sus decisiones estarán más preocupados de otras cosas que de leer lo que se publica de ellos. Aunque lo mismo se podría pensar del señor que daba vida a Monchito y Macario.
Esta semana se han sucedido dos acontecimientos muy diferentes en el mundo televisivo que, paradójicamente, han tenido lugar en el seno de Mediaset. Por un lado, han despedido a Jesús Cintora de su programa en Cuatro. Por otro, Belén Esteban ha ganado 100.000 euros al vencer en algo llamado Gran Hermano VIP.
Vayamos por partes. Ni veo el programa de Cintora ni he visto un solo minuto de Gran Hermano VIP. Pero es llamativo para un espectador de televisión ajeno a todo esto que ambos asuntos hayan sucedido prácticamente seguidos.
Se alega para el despido de Cintora que Mediaset es «coherente en toda su programación y tiene el claro objetivo de informar, que no formar, a todos los espectadores». Y se quedan tan tranquilos. Evidentemente tratan de hablar de política pero la parrilla del puntal de este grupo, Telecinco, la cadena amiga, no destaca precisamente por su programación política.
¿No forman a los espectadores? ¿Están seguro de ellos? ¿Y qué lecciones pueden obtener los televidentes de algunos de sus programas? ¿Qué pueden pensar al ver que puede ganar una cantidad brutal de dinero por estar unos días encerrados en una casa? ¿Y al promocionar día sí y día también a personajes que ni mucho menos son ejemplo para nadie? ¿Y por fomentar una serie de prototipos físicos en sus programas que están alejados de la realidad?
Dentro de la programación de Mediaset hay un programa llamado ‘Mujeres y hombres y viceversa’. Tampoco lo he visto. Sé de ese programa lo que se mueve por las redes sociales y poco más. El otro día descubría asustado como una serie de seguidores de dicho programa lanzaban brutales declaraciones hacia el accidente del avión sucedido estos días en los Alpes ya que quitaban su programa favorito para emitir información en directo.
¿En serio hay un compromiso real con su audiencia o es esa la audiencia que quieren crear? ¿En serio a Cintora lo han relevado por el hecho de no tratar la información de manera objetiva o por presiones del Partido Popular? Quizás hacía falta ser más claros ya que probablemente Mediaset acabe convirtiendo a Cuatro, una cadena que prometía muchísimo en sus inicios, en el filial de una Telecinco que cada día demuestra su compromiso con la sociedad a su manera.
Está claro que Mediaset es una empresa privada y puede hacer con su programación lo que quiera. Faltaría más. Pero justificar lo que han sido claras presiones políticas del Partido Popular para despedir a Cintora con el tema de la objetividad es, cuanto menos cómico. Especialmente viniendo de un grupo que tiene como principales portavoces a la princesa del pueblo y al hijo de un torero y una cantante. ¿Qué puede más? ¿La objetividad o la moralidad?