El estreno del show de variedades ‘Sábado Sensacional‘ en La 1 (12,5% de share) es la prueba de que España, pese a sus ya seis años de crisis galopante, sigue sin levantar cabeza. Esta afirmación no tiene que ver con la nula calidad del programa, chascarrillos anticuados, lamentables guiones, una paupérrima puesta en escena o esos grafismos hechos con WordArt. Lo que pudo verse el pasado 9 de agosto no fue otra cosa que un videocurrículum de cuatro horas sin pausasa mayor gloria de José Luis Moreno, quien ha pedido paso en la actual TVE como un elefante en una cacharrería.
Y es que Moreno no está pasando su mejor momento, como puede comprobar cualquier persona que sepa buscar en Google. Ya no vivimos los mismos tiempos que cuando hacía ‘Noche de Fiesta’. Las denuncias de actores descontentos con él, la crisis de las televisiones autonómicas y el estancamiento del proyecto multimedia You More TV son solo un ejemplo. Su mayor problema, no obstante, es que se ha quedado obsoleto. Afortunadamente para él ya no tendrá que vivir solo de galas de fin de año o espectáculos teatrales. La actual TVE, en una crisis aún mayor, le ha prometido un espacio fijo con una condición: el piloto veraniego tenía que superar el 14%. No lo ha logrado por poco, a pesar de que se retrasó el estreno un mes para afrontar menos competencia.
Cualquiera pensaría que Moreno renovaría ideas y daría cabida a nuevos talentos. Nada más lejos. En sintonía con la propia España, Sábado Sensacional también fue “para atrás” y se reafirmó en un modelo caducado. Está bien tener claro que los más jóvenes no te verán ni cobrando, en parte porque el fin de semana no están frente a la tele. Pero la sucesión de actuaciones en playback, bailes descamisados y humor de revista eran rancios hasta para la tercera edad a la que se dirigía. Porque el chiste fácil de guerra de sexos y malvadas suegras no se lleva ya ni en la animación de hoteles.
Igual que un buen videocurrículum necesita referencias de gente que trabajó contigo, ‘Sábado Sensacional’ se llenó de caras famosas asociadas al productor para defenderle. Buena parte eran reclamos morbosos; desde el regreso de Ana Obregón a la aparición de Isabel Pantoja con su hijo Kiko Rivera. Un verdadero potingue de copla, electrolatino y un tipo talludito jugando al ‘DJ Hero’ que haría las delicias de cualquier programa del corazón… y de humor.
Estas intervenciones no eran otra cosa que Moreno sacando músculo ante la directiva de RTVE, mostrando un catálogo de artistas que salieron varias veces. De hecho, las entrevistas posteriores no buscaban complicidad con el espectador, sino ejercer un chantaje emocional. La Pantoja deseó todo lo mejor al productor “al que adoro, de toda la vida, en su programa”, mientras que Rosa López defendió la continuidad porque “apoya a los artistas, da muchísimo trabajo y hace que todos tengamos oportunidad para mostrarnos”. El brindis final con Josep Lobató deseando “que esto dure para siempre” puede traducirse por “contratadnos una temporada entera”.
Efectivamente, ‘Sábado Sensacional’ cubriría un vacío de la televisión española porque no hay programas musicales o artísticos. Pero el resultado final no merece la pena. Se queda muy lejos de los estándares exigidos en cualquier país europeo y no es más que una reedición con defectos del desaparecido ‘Noche de Fiesta’. Lo único seguro es que José Luis Moreno no está dispuesto a cambiar nada de nada. Es un canto a la involución.