La dictadura de la belleza en unos medios irresponsables

Hola, me llamo Pilar y no soy perfecta. Tampoco quiero serlo. Hace tiempo que dejé de sufrir en esa carrera indecente en la que es imposible llegar a meta, esa carrera cuyo objetivo es alcanzar el canon de belleza que vosotros, los medios de comunicación, intentáis vendernos, a sabiendas de que es irreal y peligroso. Irreal, porque es inviable alcanzar una perfección mal entendida, por obra y gracia del Photoshop. Pero, sobre todo, es peligroso. Muy peligroso.

Tuve que esperar a cumplir los casi 30 para empezar a quererme. Mirarme al espejo, desnuda, después de salir de la ducha y no sentir ni pena ni asco. Mirarme al espejo y maravillarme con las curvas de mis pechos, de mis caderas. Con mi ni siquiera 1,60 de estatura. Dejar de pensar que estoy gorda, aun cuando mi IMC lleva años por debajo de lo que las autoridades sanitarias consideran normal. Ahora hasta soy capaz de sentir las cicatrices de mis rodillas como un tesoro de ese mágico lugar llamado infancia.

Ahora sí, pero el camino ha sido duro. Por eso, queridos medios de comunicación, se me abren las carnes y se me tambalea la autoestima cuando veo titulares como el de la última portada de Semana: “Tras haber superado una bulimia, luce tipazo con dieta y deporte”. Bulimia, tipazo, dieta y deporte… En un mismo titular. De locos.

Pero no es el único. El pasado mes de diciembre, elmundo.es titulaba “El ‘cuerpo 10’ de Pilar Rubio se toma una excedencia por su embarazo”. Y, poco después, “El cuerpazo de Pilar Rubio tras el embarazo”, con un antetítulo para el que, de momento, no he encontrado descripción, “¿Tipazo o tripazo?”. No hacen falta mucho más ejemplos, nos bombardean cada día. Mención aparte merecen esas dietas exprés que aparecen, semana tras semana, en las principales revistas de moda.

Y, mientras tanto, miles de personas luchan contra enfermedades tan terribles como son la anorexia y la bulimia. Miles de personas, incluso, no las superan, mueren en esa carrera indecente mientras vosotros os enriquecéis a su costa. Que sí, que la publicidad de productos farmacéuticos y de moda os aportan beneficios más que jugosos, pero… ¿A costa de qué? ¿No es una máxima del Periodismo velar por los intereses de la ciudadanía?

Queridos medios de comunicación, vuestra irresponsabilidad no tiene límites. O no tenéis vergüenza. Ya no lo sé. Pero no pierdo la esperanza de encontrarme cualquier día un reportaje en el que no se hable de dietas, sino de hábitos para una vida saludable, para que muchas personas empiecen otra carrera, la de encontrar en la alimentación una manera de disfrutar cuidándose y no de destruirse.

bluebird Comunicación
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