Dicen que en España se da muy poca bola al fútbol modesto. Que si los clubes más pequeños tuviesen algo de promoción, tal vez nos interesaríamos por lo que les sucede con el mismo bombo que se habla del estado de ánimo de Messi. Que lo del Atlético como campeón de liga es una excepción del bipartidismo deportivo entre Real Madrid y Barcelona. A lo mejor tienen razón: nuestro campeonato ha perdido fuelle conforme ha dejado de entrar dinero en otras entidades, ahora endeudadas hasta límites insospechados por el pelotazo que vivieron en los noventa. Pero también es cierto que todo lo que se escape a la órbita “Merengues vs. Culés” les resbala a muchos. ‘La noche del fútbo’ de Cuatro, cadena que retransmite en abierto un encuentro cada jornada, es un buen ejemplo.
En los últimos años, y fruto de ese dominio aplastante, ha crecido la sensación de que a la Primera División le sobran participantes. Y esa percepción se acentúa con los datos de audiencia que Cuatro, propiedad de Mediaset España, ha cosechado este año. Hace tiempo ya, las emisiones de fútbol en las autonómicas (y por La 2, en aquellas sin su propio canal) eran un salvavidas. Pero todo eso ya no es lo que era. En el 2013-14, solo dos partidos de los 38 retransmitidos han superado el 10% de share. Y de ellos, nada más que uno alcanzó los dos millones de espectadores.
En su defensa se puede decir que las opciones a escoger eran las menos apetecibles. Por una parte, Cuatro no podía ofrecer ni al Real Madrid ni al FC Barcelona, los que más interés suscitan y que son exclusivos de los canales de pago. Y por la otra, tampoco podía contar con los clasificados para competiciones europeas, pues juegan entre semana. Aunque la Real Sociedad pasó a ser seleccionable cuando cayó eliminada de la Liga de Campeones, el resto (Atlético de Madrid, Betis, Valencia y Sevilla) llegaron hasta las fases finales. Mala suerte para Mediaset. Sin la obligatoriedad de ofrecer gratis el duelo más importante de cada jornada y con horarios impuestos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el resto dispone de una ventana que no siempre es la más apetecible.
Los lunes al San Mamés
De los quince equipos que quedaban en una liga de 20, la mayoría eran los menos conocidos. Por esta razón, casi la mitad de partidos emitidos tenían a un histórico del deporte nacional. El Athletic Club fue emitido en abierto hasta en 16 ocasiones, para disgusto de aquellos que no están a favor de jugar un lunes o viernes por la noche.
¿Qué otra opción le quedaba a Cuatro? El Athletic es una verdadera institución con seguidores en cualquier rincón, y tiene en la formación exclusiva de vascos su seña de identidad. Además, es junto al Madrid y al Barça el único que no ha descendido nunca. La decisión se justificó con las audiencias. Salvo en la última jornada, en la que ya no se jugaban nada, todos sus encuentros superaron el millón de espectadores, siempre por encima de la media del canal. Y suyo fue también el más exitoso de los emitidos: un 10,7% de share (2.029.000 personas) frente al Celta de Vigo en la cuarta semana, coincidiendo con la inauguración del Nuevo San Mamés. Si bien la medida fue tan protestada que incluso llegó a debatirse en el Ayuntamiento de Bilbao, también es cierto que era la única posibilidad de Cuatro para garantizar la rentabilidad de la inversión.
Del mismo modo, la tabla de los diez choques con mayor share no deja lugar a dudas. Salvo el Celta-Espanyol de la jornada inaugural y un Betis-Málaga (único verdiblanco retransmitido en Cuatro, por cierto), todos corresponden al Athletic Club.
Saliendo de la ría de Nervión, los más televisados fueron el Villarreal (10) y el Málaga (9), seguidos por una Real Sociedad que, a pesar de no ser seleccionable al principio porque estaba jugando la Champions League, tuvo una recta final frenética con seis encuentros. El resto quedó de la siguiente forma: Celta, Granada y Elche (5), Espanyol (4), Osasuna, Rayo, Valladolid y Almería (3), Levante (2) y Getafe y Real Betis (1).
Programación con altibajos
Tras dejar claro que lo del Athletic era una excepción, correspondiente con la fama de la entidad, el resto de equipos no lo rindieron tan bien. A la restricción de los más grandes hay que sumar otro hecho: dado que los horarios los impone la LFP, la emisión de “La noche del fútbol” dependía del calendario internacional y de las televisiones de pago. No siempre era los lunes, sino que algunas veces se movía al viernes porque al ser 2014 un año de Mundial, había semanas repletas de competiciones oficiales de toda índole.
Una de las hinchadas más críticas con el baile de horarios fue la del Rayo Vallecano, con el grupo Bukaneros llevando la voz cantante, que sufrió de primera mano esos avatares. Enorme debió ser su sorpresa a finales de agosto cuando comprobaron que, en la tercera jornada, el Rayo-Levante se programó el viernes 30 a las 23:00. En plena madrugada. ¿Cómo era eso posible? Porque, además de establecerse esa franja solo para los meses de verano, se disputaba dos horas antes la Supercopa de Europa entre Bayern de Múnich y Chelsea, retransmitida por TVE. No era una situación cómoda para Cuatro, pero mucho menos para el hincha habitual.
La protesta de Bukaneros fue muy original. En los primeros minutos dejaron su fondo desierto y a falta de aficionados animando, había dos personas disfrazadas de los personajes de ‘Barrio Sésamo’ Epi y Blas, con sacos de dormir para echar una cabezadita con el partido ya comenzado. Las pancartas colocadas en la grada eran bastante claras: «Epi, ¿el fútbol no era los fines de semana?» y «No molesten amigos. Son horas de dormir, no de fútbol». Un cuarto de hora después todo volvió a la normalidad: la gente ocupó la grada, sin olvidar algunos cánticos contra la decisión de la LFP. Y viendo el share, estaban más que justificados: un 3,3% y 397.000 espectadores. El duelo de las 23.00 h. registró la cifra más baja de la temporada.
Semanas después, los ultras rayistas repitieron las protestas porque se volvió a jugar un viernes (aunque esta vez no se dio en abierto). En esta ocasión, se recuperó a Epi y Blas para que oficiaran un entierro del balompié tradicional, con ataúd y plañideras incluidos: «Aquí yace el cuerpo sin vida del fútbol. Los horarios y los negocios acabaron con él». Y en este caso concreto, parece un claro ejemplo de lo que pasa cuando se piensa más en el público de la tele que en la gente del barrio. Dado que el Rayo es un club muy particular, con una masa social fiel y concentrada al sur de la capital, Cuatro apenas contó con ellos para el resto de retransmisiones: un Rayo-Villarreal celebrado el día de Reyes (jornada 18, 4,3% de share, 896.000 espectadores) y un Real Sociedad-Rayo (6,0%, 1.222.000), dos meses después.
El Rayo no fue el único club con malos datos. Otros como Elche, Valladolid o Villarreal han registrado porcentajes por debajo de la media de Cuatro, que con altibajos trata de superar el 6%. A tenor de la siguiente gráfica, podría decirse que el espectador neutral solo se interesa por un partido de modestos cuando se juegan algo, pues en la mitad de campaña se registraron los peores porcentajes: la jornada 21, con un Real Sociedad – Elche (4,5%) y en la siguiente con un Villarreal – Osasuna (4,4%). Ninguno de ellos pasó del millón de personas.
A estos datos tan bajos se le pueden buscar muchas explicaciones. Mediapro (propietaria de los derechos) no estaba demasiado interesada en el encuentro en abierto, fruto de una «Ley de Interés General» promovida por el Gobierno de Aznar para perjudicar a Canal+. De hecho, ya había sido reformada hace algunos años para que los más fuertes pudiesen ir primero en tele de pago. Primero vinieron las limitaciones a Real Madrid y FC Barcelona, luego pasaron los derechos de LaSexta a un canal residual como Marca TV porque no encontraron comprador y, a mediados de 2013, los revendieron a Mediaset España para su hermana menor generalista.
Pero también ha quedado claro que el seguidor tradicional no va a tragarse un partido de fútbol si no le importa lo que ve. Puede que sobren equipos o que a muchos solo les importen tres, pero por respeto al resto de rivales, lo primordial es que la LFP cuide mejor su producto con horarios racionales y en fin de semana, la tradicional “noche de fútbol” en nuestro país. Así conciliaríamos tanto al espectador de la grada como al televisivo. En el caso de Cuatro, y a pesar del amplio abanico de opciones, terminaba yendo a la más segura (Athletic Club y capitales de provincia) porque, en días laborables, le costaba más sacar datos aceptables con otros. La Liga tiene que planteárselo tarde o temprano… y de momento Javier Tebas, su presidente, ya ha dejado caer que el encuentro en abierto volverá al sábado a partir de la temporada 2014-15. Ya veremos qué pasa.
Los datos de audiencia son tablas de elaboración propia, con datos de Kantar Media.