De nuevo el error: trastorno mental como explicación a lo inexplicable

Echarnos a temblar. Eso es lo que nos suele ocurrir a algunos que nos dedicamos a esto de la salud mental cuando ocurren noticias como esta. Vamos anticipando que, tarde o temprano, aparecerán las palabras mágicas: «enfermedad mental». También recibes un montón de whatsapp de amigos que te preguntan, ya que no entienden ni saben. Curioso, nosotros tampoco. No es suficiente la narración de los hechos, sino que es de máxima urgencia buscar la explicación simple, fácil, esa que encaje, que nos deje tranquilos, pero que involuntariamente hace tanto mal a un gran colectivo. Curioso (o no tanto) cuanto menos es que, cada vez que ocurren terribles desgracias, se tienda a buscar en la psique para comprender lo incomprensible. Nuestra percepción de control nos dota de seguridad, y explicar lo inexplicable cumple esa función. Leyendo y leyendo, encuentro muchos titulares y artículos, que hablan (y hablan) de una relación causal que ellos mismos han creado: «el piloto estaba deprimido, de ahí que estrellara el avión». El ser humano cuando no entiende algo tiende a buscar una explicación: la incertidumbre no nos gusta, y nuestra mente (debido a nuestra socialización) busca desesperadamente soluciones rápidas para calmarla.

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Siempre acabo llegando al mismo lugar: la falta de información nos hace caer en errores, y perpetúa estereotipos y prejuicios. El propio concepto, tanto de estereotipo como de prejuicio, trae consigo que hay un error en el procesamiento de una determinada información. Si lo ejemplificamos, con toda la prudencia que se debe tener en este momento, es lo que está ocurriendo con el tratamiento informativo que se le está dando a la tragedia: «¡cuidado con las personas depresivas: son incontrolables!». Cualquiera que tenga un mínimo de información al respecto, caerá en la cuenta de lo errónea que esta afirmación. De nuevo, caemos en el estigma: esas ideas y etiquetas erróneas que se colocan automáticamente a las personas con un determinado diagnóstico. No podemos explicar actos de tal magnitud remitiéndonos a un trastorno mental, como tampoco podemos pretender explicarlo dos días después. Prudencia y responsabilidad, conceptos que deberían estar anclados en la práctica periodística, pero que tantas veces vemos que ni aparecen en escena. Hablando con amigos periodistas, una y otra vez, me comentan cómo existen guías de estilo en las que se plantea cómo tratar este tipo de información. No obstante, ¿es veraz? ¿es relevante?. Encuentro que el Hospital Clínico Universitario de Düsseldorf, que parece demostrado que trató al piloto hace días, se niega a dar cualquier tipo de información a los medios, ya que se ampara en el secreto médico. Los más sensatos de toda la escena.

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Fotografía: Mikko Luntiala ©

bluebird Comunicación
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1 Comentario

  1. Entiendo que es algo multifactorial, si bien la enfermedad mental o el estado mental de la persona hace suponer una serie de hipotesis, no deben aceptarse como verdades absolutas, solo son hipotesis que sirven para explicar una situacion.

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