La luz de Cabo de Gata a primera hora es tan clara como el mediodía de cualquier sitio.
Exprimes unas naranjas, preparas unas tostas de tomate recién rallado, haces café.
La chica de la habitación desperezándose.
Un porro. Unos besos. Música para empezar el día.
Bossa Nova. João Gilberto.
Desayunas mirando el mar, respirándolo.
Recorres la AL-4200 que te lleva desde San José a Las Negras. A 60, 70 como mucho. Ventanilla bajada. El aire entra en el coche. El aire te entra en la vida. Te renueva.
A veces parece que el sol tiene olor.
La carretera es sinuosa, el paisaje abrupto.
Mucho cielo. Mucho mar.
Y pitas, palmeras, chumberas, y más pitas.
20 años viniendo, 20 años sin querer irme.