Pájaro azul

Esta mañana me desperté a eso de las 6.

No podía volverme a dormir.

He dado vueltas a la cama, una para acá, dos para allá…

Pero nada. El sueño se ha debido de ir a echarse una cabezadita a algún sitio tranquilo.

Me he acordado de ti y me ha venido a la cabeza un poema de «papá» Hank, de Bukowski:

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

 Tengo la sensación de que al verte a ti mi pájaro azul se escapó o lo dejé volar, no lo tengo muy claro.

Tanto tiempo encerrado que cuando sale lo hace con tal fuerza que suele estrellarse contra las paredes. Y esta vez se dio de bruces con las uñas pintadas de rojo de tus pies.

No debí dejarle salir, pero el pobre tenía tantas ganas…

Ahora sé que quizá nunca supo ser libre y por eso buscó en ti otra jaula.

Pero te ha picoteado, te ha asustado, y yo no sé reparar nada, soy más bien de romperlo todo.

Así que ahora vuelvo a estar enfadado con él, y él como un niño mal educado me amenaza con que la próxima vez que le deje salir saldrá volando, se irá para no volver…

Y sabes qué? Pues que se vaya, que son muchas las veces que quise que se hubiera ido, porque hace tiempo que yo le quedo pequeño, a él también.

Todo lo que tengo por dentro es mil veces más grande que lo que exhibo por fuera.

Puto pájaro azul, debí matarte la primera vez que tus alas reventaron mis costillas, no debí dejarte crecer tanto…

Pero fue verte y empezó a dar brincos.

Y, para qué mentir, le dejé disfrutar un poco. Y disfrutó, disfrutó de tus bragas blancas, de tu sexo descuidado, de unos gemidos casi infantiles que aún se oyen por la casa como una psicofonía.

Y cuando trató de volver, como un mal marido volvió tarde y embriagado.

Y otra vez le reproché que te mordiera y él me decía que para una vez que se había ido…

Puto pájaro azul de los cojones.

De aquí no te vuelves a mover…

bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.