desde un cuarto piso
veo discutir
gritándose en chino
a 1 chino con 2 chinas.
los 3 lo hacen
con poderío.
estoy quedándome
sin tabaco pero
no con qué
entretenerme.
el cabreo del chino
parece monumental
visto a 100 metros.
parece que ellas,
detallando el quid,
se ponen a su altura,
capeando su histeria.
a la izqu. de ellos,
sobre arena,
sin querer tener
nada que ver con ellos,
10 ó 11 chavalines
patean una pelota.
el único que corre es
el único al que no se la pasan,
quejándose penosamente.
al cerrar suavemente
la ventana de la cocina
me viene a la cabeza
Ian Curtis colgándose y
lo suave y espumosa
que la Guiness es.
deseo que estas y otras
furias improductivas
mantengan lejos
a polis y doctores de mí,
en otro domingo ideal
para la sangre
sirviendo sin salir