contribuye
con ese oscuro corpiño de viscosa
a que vaya sangre a presión
hacia mi polla, ya mimosa.
besándonos quito
de su labios colorante (cochinilla),
y ella le da nuevas formas
a mi pelambrera.
nos sobamos zonas blandas, duras
y curvas, aplicándonos evasión.
nos olemos como cachorros
cuanto nos deja el tabaco.
se nos acumulan los bombeos,
mi cremallera no se atasca.
sus pezones me pervierten,
endureciendo, ocultos en mi boca,
mientras la suya
encabrita mi pingajo.
poniéndose encima lo encaja
dentro a la primera
hasta que ambos vellos
suaves se tocan, asándose,
apretando paredes vaginales
al montarme mientras me lleno
las manos de nalgas.
sigue apretándolas de vez en cuando
y así estamos un buen rato,
refregándonos, pasándonos
de paladar a paladar
alientos, gemidos, saliva,
ya con mi descarga
escurriéndose hacia su ano…
agradeciendo la función de la viscosa.