No soy tuya

Papaíto, no te enfades con mamá, ella sólo quiere verte contento, ¿me prometes que la vas a perdonar? Suplica la niña Luna en el recuerdo de su infancia…

Hoy, ya mujer, esconde en su corazón una deuda de dolor añeja que tiñe de óxido su amor propio y se disfraza de falso complejo de cenicienta, detrás de un falso instinto maternal.

Luna desnuda su cuerpo ante el espejo… También su alma… Ya cansada de esconderse tras un tupido velo de complacencia enseñada, imitada, repetida… Los susurros que prometen bailes en palacio y zapatos de cristal han muerto en ella. Así sin más…

Hoy se ha levantado con el alma encharcada en whisky y el coraje suficiente para despertar del letargo de bella durmiente. Para volver la espalda al fin, al conformismo de niña buena que ansía la aprobación y el cariño de los sapos disfrazados de príncipes que desfilan por su cama.

Hoy pinto mi cara de rojo fuego. El color de mi alma viva. Se dice mientras se desviste de complejos y expira de una vez y para siempre, suspiros envenenados de cuentos de amor romántico. Se pasea por su cuarto sin quitar un ojo al espejo, ya libre de egos ajenos  que prostituyen su cajita de sueños a cambio de la más vulgar caja de bombones.

No soy tuya. No soy tu hija, no soy tu novia, no soy tu amante. Soy mía al fin. Mi alma es mía, mi cuerpo mío.  Su sonrisa es el reflejo de la tormenta de rebeldía y el potencial que emerge de sus entrañas para dar a luz una nueva vida suya al fin.

Beber vientos ajenos me resfrían. Vivir mirando tu ombligo me destruye.

Hoy se maquilla de purpurina y calza sus tacones para marcar sus propios pasos y desgarrar a arañazos las espaldas y las conciencias de culos inquietos enjauladas en cajitas aún por desempolvar.

Acaba de parir su libertad. Sin matronas, sin epidural, sin un padre a quien felicitar.

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Educadora social porque la pedagogía social y libertaria es el camino a la libertad responsable, antropóloga para cuestionar, criticar y salirme del plato con la razón científica en la mano, y complejo de periodista autodidacta aún por despertar. Jarota, saharaui, cordobesa, palestina, sevillana y adoptada taruga.

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