me costó dar con la calle
pero no aparcar.
se suponía que me ayudaría
pero cómo no estaba claro.
era una especie
de caserón acogedor
y ella una especie
de orientadora
psicóloga-laboral acogedora.
hubo una mínima charla
y enseguida me dejó solo
con papeles en un cuarto.
las preguntas y
las respuestas disponibles eran,
tal vez, una especie
de recurso psicológico
para trazar un perfil
válido para guiarme.
¿si usted cuidara un jardín
por dónde empezaría?
a: regando gardenias.
b: podando árboles frutales.
c: reparando los aspersores.
d: pasando el cortacésped.
menuda jodida mierda.
como ésa había unas 100 preguntas
con respuestas aburridas.
pasada una hora
volvió la psicóloga,
cogió los papeles
y volvió a dejarme allí
mientras valoraba mis opciones,
buscando conexiones, conclusiones.
pasado otro rato
se sentó frente a mí y dijo
que no podía extraer
nada concluyente de ello,
nada para perfilarme, orientarme,
debido a preferencias contradictorias
que no lograba interpretar.
algo así dijo.
el sol y mi coche
seguían fuera cuando salí de allí.
antes y después de estar allí
tuve alrededor de 60 empleos,
en muchos de los cuales
nadie interpretaba
mucha mecha aguantada.