Hoy venzo a las olas de frío haciendo surf sobre la piel de tu espalda. Llega la navidad y yo pido sueños de abril en primavera. Hoy, en el solar de mi cama, se ha construido un búnker que no deja traspasar las balas que hieren de soledad. Hoy la nostalgia se me cura en el olor de tus rizos, justo ahí donde se esconde mi infancia en bicicleta. Hoy ya no distingo dónde empiezo y dónde acabas, dónde acabo y dónde empiezas. Hoy sólo me masturbo pensando en mí y en ti, en ti en mí. Y no hay tregua, sino desorden, tuyo en mí, mío en ti, yo en ti, tú en mi. Somos irremediablemente infinitos, reversibles, universales, astrománticos, imantados… Nosotros, donde se cierran las heridas y cicatrizan versos.