El mar contigo

Siempre pienso que podría escribir
buenos poemas
Sobre todo si pienso en ti
Y en vez de escribir, los leo
por el miedo y la desidia
de la luz del portátil
reflejado en mi cuerpo
que le da un tono
azul frío a mi piel
y entonces pienso
que a lo mejor estoy muerta
y por eso mi ombligo se ve morado
y me pregunto
si así también lo besarías

Siempre pienso que podría escribir
buenos poemas
Y en vez de escribir, los leo
y me doy cuenta
de que las palabras que me gustan
ya las han usado,
como por ejemplo,
cuando hablan del espacio exterior
Y para reflexionar sobre esto
me enciendo un cigarrillo
y pienso que ya está
pasado de moda,
que sería mejor
escribir sobre ginebra
o alguna droga que dilatara mis pupilas
y me hiciera parecer
que estoy disfrazada de tigre
como la chica de ese poema
que ha escrito alguien muy joven
y en el que yo quería ser ella sólo
porque se disfrazaba de tigresa.

Y pienso en la juventud de ese poeta
y entonces miro en google
qué edad debería tener
para ser una millennial
y me convenzo a mí misma
con grandes argumentos
de que haber nacido dos años
antes de lo estipulado
no quiere decir que no pueda
ser una de ellos
porque siempre me creo
más adelantada a mi tiempo
aunque tú te enfades
porque siempre llego tarde
y te hago esperar
aunque ayer no te enfadaste
porque mientras me esperabas
fregaste los platos y recogiste la comida
que nos quedaba en aquella casita tan bonita
desde la que veíamos el mar
a través de los ventanales
contra los que apoyaste mi cuerpo desnudo
mientras me la metías desde atrás
y yo dibujaba ballenas gigantes
con mis pechos en el cristal
y me imaginaba que saltaban entre las olas
al compás de las convulsiones
de tu orgasmo contra el mío.

bluebird Comunicación
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