Hay viviendas donde vive gente, y hay otras donde la gente simplemente pasa la noche en su pequeño habitáculo del sueño. Hay viviendas donde la gente que vive en ellas tiene sueños, y hay otras donde a la gente que ve las noches pasar, esto no le quita el sueño. Hay viviendas donde la gente que vive en ellas pierde el sueño por otra gente más joven y más pequeña, mientras que hay otras donde la gente que viven en ellas no saben si quiera quién duerme en la habitación de al lado.
Hay viviendas donde la gente siembra sus sueños, los riega con sus llantos, y crecen con el abono natural del cariño y la dedicación que se ponen en ellos.
Hay viviendas donde el calor no lo da ni la calefacción ni la estufa de segunda mano comprada en Amazon, sino el contacto, la piel contra piel, un saludo de buenos días. . Hay otras viviendas donde la gente que vive en ellas no tiene más sueños que los que da una larga jornada de trabajo.
Hay viviendas en las que la gente se ha tenido que mojar toda una vida, y mojarse mucho para poder vivir en ella. Hay otras viviendas que la gente las usan simplemente para no mojarse.
Hay viviendas en las que vive gente que saben que hay otras gentes que lo están esperando. Hay otras viviendas donde no te espera nada más que el felpudo de la entrada.
Hay viviendas donde el hall de entrada está a los pies de un cajero, y antes de entrar te limpias los pies en el felpudo que no es más que un trozo de cartón encontrado en la basura. Hay viviendas que no tienen más paredes que el propio mundo, que la propia calle, que el aire que nos rodea, donde cada mañana se lavan y refrescan la cara en la fuente del parque, que hace las funciones de lavabo.
Hay viviendas donde te dan los buenos días gentes que viven en viviendas cercanas. Hay otras viviendas donde el que vive junto a ti, aunque te vea cada mañana, a la misma hora, en el mismo sitio, y con el mismo sueño, hace como si nunca te hubiera visto o no te conociera.
Hay viviendas donde siempre te espera gente, y otras donde solo esperas al repartidor de publicidad o al de comida rápida de la tienda de la esquina. Hay viviendas donde hay olores, huele a familia, huele a comida en familia, huele a risas, y huele a hogar. Hay otras viviendas que sólo huelen a abandono y desinterés.
Hay viviendas que siempre tienen las puertas abiertas, para que entre quien quiera, para que entre la brisa del mar, para que entre el levante, para que entre la alegría. Hay otras viviendas que las puertas están cerradas, donde no se invita nadie a pasar, y donde la amistad se queda a las puertas.
Hay viviendas que son comedias, porque siempre se escucha una risa de fondo. Hay otras viviendas que son películas mudas en blanco y negro. Hay viviendas donde hay actores principales, y otras donde sólo hay extras y actores secundarios.
Sólo se trata de saber dónde quieres vivir.
Y tú, dónde vives?