las 12 de un nublado mediodía…
no es otro acojonante asesinato planeado
donde suelen asustarse los mafiosos
de las ratas de cloaca:
pero pasa, y los aires policiales
de nuevo joden a 2 insurrectos
deslenguados, desempleados,
fumándose material bienoliente:
despatarrados, desalentados
ven pasar luciéndose
a 2 divorciadas escotadas
hacia el desnivel
de otras aceras maltrechas,
esquivando mierdolos con carricoches:
ambas van a cruzarse
con un cura y un baloncestista,
pero antes el cura de golpe
se arrodilla y grita
llevándose al pecho una palma:
el base está interviniendo,
sujetándolo por los sobacos:
el párroco pide aire puro,
humano si es posible,
y los fumetas moritos
sonríen discretamente
mirando canalillos
cuando nadie se ofrece
voluntario pal boca a boca:
entonces pasa un poli
en moto por allí,
y el base le grita socorro todavía
con el cura sujeto, agonizando:
los morillos, puestos
requetebién de matuja,
huyen al ver correr al poli hacia ellos:
llega tarde, la diña el padre
y nada pueden hacer-decir ya:
ni las divorciadas santiguándose
ni el base preguntándole al poli
por el pulso perdido del cura.
«joder, cascarla así,
además tan temprano,
es una tremenda putada
incluso creyendo en dios»,
comenta un insurrecto
al otro en voz baja.
el otro responde preguntando:
«¿creer tanto en él da derecho
a irse con él pidiendo hora?»
luego da 2 caladas largas seguidas
fijándose en una rata tremenda
entrando en una alcantarilla.