Además de compañero de esta revista, es un artista de esos que no deja indiferente —y esta vez, de verdad, no es una frase hecha ni una manera de hablar—. Mirar su obra siempre te hace vibrar un salto más allá. Se hace difícil, a veces, desprenderse de su particular universo, de sus dibujos, de sus animales, sus árboles o su particular visión del cuerpo humano.
Hablamos, claro está, de Facundo Mascaraque, que hoy inaugura ‘Ilustraciones’, en el Espacio La Nao de Pozoblanco. Una muestra con sus últimas creaciones, que podrá visitarse durante los meses de julio y agosto.
Poco se sabe de la exposición que inauguras hoy en Espacio La Nao. Que lleva por título ‘Ilustraciones’ y que el cartel lo protagoniza un gallo. ¿Qué más es?
Es un paseo por los trabajos personales que he realizado los últimos dos años.
Volviendo al gallo, ¿es cosa nuestra o los animales siempre están muy presentes en tu obra? Si piensas en Facundo Mascaraque es fácil que lo primero que te venga a la cabeza sea un ciervo.
Sí, es cierto, parece que el ciervo se ha convertido en la imagen central de mi trabajo, pero no es el único. Desde hace un tiempo me siento muy atraído por lo animal y sus formas. Antes de esto, tuve una época extensa en la que el centro de mi creación fueron los árboles, y todavía antes el cuerpo humano…
Se dice que los escritores terminan de escribir un libro cuando dan por finalizada una etapa. ¿A los artistas os pasa lo mismo cuando reunís vuestras últimas obras en una exposición?
En mi caso no es así. Como te decía, para los trabajos personales me guío por lo que me seduce en ese momento y muchas veces no culmina con la exposición, a veces incluso es el comienzo.
¿Dónde, en qué o en quién, encuentras la motivación a la hora de ponerte a dibujar?
Aparte de los momentos en los que te tienes que poner y no hay excusa porque los plazos te comen, siempre hay algún boceto al que le tienes ganas por el escritorio o alguna idea rondando la cabeza. No hay que buscar mucho para ponerse a dibujar.
Por cierto, ¿crees en la inspiración, en las musas y en toda esa parafernalia tan poética?
Me gustaría creer, pero soy más de los que piensan que las grandes ideas vienen de darle muchas vueltas, tras mucho trabajo.
¿Quiénes son tus referentes artísticos?
Bueno, por encima de todos en estos momentos está James Jean. Además, ilustradores españoles como Paula Bonet, Conrad Roset o Ricardo Cavolo realizan un trabajo que me resulta brutal.
Es inevitable pensar en la situación económica, social y política, no sólo de nuestro país, sino de todo el mundo y plantearse si el arte, finalmente, podrá salvarnos. ¿Puede salvarnos el arte?
La verdad es que la situación no invita al optimismo, pero creo que, más que nunca o igual que siempre, el arte ayuda.
Y, para terminar, no vamos a preguntarte nada sobre Bill Murray, porque tenemos la suerte de haber disfrutado de tus dibujos de él muchas veces. Sólo te vamos a pedir que no dejes de hacerlos.
¡Nunca! Sabéis que para mí es siempre una alegría colaborar con esta ilustre revista.