Cuando se piensa que no puede haber más escándalos de corrupción que puedan sorprender a los ciudadanos, van y te dejan con la boca abierta. En el país de las Malaya, el Gürtel, los trajes y el Partido Popular tenía que llegar algo diferente para sorprendernos. Y llegó en forma de tarjetas de crédito apellidadas ‘black’.
Porque tú eres consejero de una entidad bancaria de cierto renombre. Llamémosla Caja Madrid por ejemplo. O Bankia, que más da. Y eres consejero en dicha entidad bancaria de cierto renombre. Nombrado por partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales… Ese eres tú, un tío importante sin ninguna duda.
Desde la entidad, rescatada con dinero dinero público, te dan una tarjeta black para tus gastos como consejero o directivo. Suponemos que esto se piensa para pagar alguna comida de negocios, alguna urgencia, las noches de hotel, gastos de oficina… O esto pensamos aquellos con una mente normal a los que nuestra empresa jamás ha puesto una tarjeta de crédito en las manos.
Pero tú no. Eres consejero de Caja Madrid y tienes una tarjeta black. ¿Qué puedes hacer? Pues por ejemplo comprar vino o ropa para tus eventos. ¡No te prives de ir elegante y llevar el mejor caldo a tus saraos! También para ir al cine con tu familia, comprar el Metrobus, pillar unas aspirinas en la farmacia, etc.
Por supuesto que no falten las clases de esquí; varios iPhone para ti, todos tus compañeros pero tú siempre primero; noches de fiesta en el Hilton o en el Sheraton. ¡Da igual! ¡Paga la tarjeta black! ¡Ah! Y no nos podemos olvidar de eso de las salas de fiestas y discotecas que es la forma fina y elegante de decir irse de putas.
Pues ahora dejen de pensar en un directivo o consejero de Caja Madrid haciendo esto. Piensen en 83 directivos o consejeros de Caja Madrid tirando de tarjeta black para todo y para más. Algunos llegaron a superar los 400.000 euros gastados para sus cosas con estas tarjetas de una entidad que no hace mucho necesitó el dinero público para seguir adelante.
¡Angelitos! ¡83 de 86! ¿Y esos tres? ¿No se enteraron del tema? ¿Son honrados? ¿Los más tontos del lugar? La verdad es que sorprende que tres consejeros o directivos decidieran no usar la tarjeta black porque tenerla la tenían. Esto es España y aún alucinamos con que haya alguien que teniendo la oportunidad no quiera ser corrupto. Que cosas…
Pero centrémonos en los 83 elementos que despilfarraron enormes cantidades de dinero que no era suyo en lo que les apetecía. Más de 15 millones de euros gastados en sus cosas. Por descontado decir que estos señores tenían sueldos gigantescos pero para qué gastarse su dinero en cosas como ir a hoteles o ir a eso de las discotecas y salas de fiestas. Para eso estaban las tarjetas black.
Ah. Recordar que Mariano Rajoy ha dicho que para qué van a abrir una comisión de investigación de esto. No vaya a ser que alguno más salga escaldado y se líe más parda. Él está a sus cosas detrás de una pantalla de plasma.
Entre todos los nombres tenemos que fijarnos en dos: Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Dos personajes de la peor calaña que están en la calle sin estar en el lugar que tienen que estar: la cárcel.
La ilustración que acompaña a este artículo es de Facundo Mascaraque.