La recuperación económica, como si del Dorado se tratase, pasa, sí o sí, por la estabilidad económica, por la formación de un Gobierno serio y responsable, que “en funciones” no nos nacen los brotes verdes.
¡Y una mierda!
Todo eso no es más que una milonga más que nos cuentan los que mandan, una y otra vez, hasta que el discurso nos termina calando hasta los huesos.
No lo decimos nosotros. El informe ‘El Estado de la Pobreza 2016’ —elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES)— muestra un empeoramiento generalizado de la situación social en nuestro país desde el año 2009 (cuando los gobiernos eran como dios manda, o casi).
El incremento reciente de ciertos indicadores macroeconómicos sólo consigue mantener la desigualdad y no se traduce en una mejora de las condiciones de vida de la mayoría de las personas que viven en España, incumpliendo los objetivos sociales previstos en la Estrategia Europa 2020. Transcurrida ya la mitad del período previsto para su consecución, puede afirmarse que en este santo país no sólo no se ha avanzado en la reducción de la pobreza y la exclusión social, sino que ésta ha aumentado considerablemente. Entre los años 2011 y 2015, el indicador europeo AROPE —que mide el riesgo de pobreza o exclusión social— muestra un incremento de 1.062.084 nuevas personas.
A día de hoy, más de 13 millones de personas viven en riesgo de pobreza y exclusión social en España, más de un 28 por ciento de la población.
Carlos Susías, presidente de EAPN España, destacó durante la presentación que «la situación de pobreza que vivimos en a día de hoy en España es consecuencia de directa de la ausencia de una política clara de lucha contra esta situación, que se traduce en un empeoramiento paulatino de las condiciones de vida de la mayoría de la población».
Porque sí, con gobierno o sin él, en España alrededor de tres millones y medio de personas sufren pobreza extrema, según los datos de este estudio, que se ha hecho público en el marco de la Semana de lucha contra la pobreza y la desigualdad, que finaliza mañana, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Por eso, ayer más de 20.000 de personas recorrieron el centro de Madrid con el lema «Las personas y el planeta por encima de las multinacionales. No a la pobreza. No a la desigualdad. No al TTIP. No al CETA», denunciando cómo las políticas internacionales y estos nuevos acuerdos comerciales continúan aumentando la brecha entre la población rica y la población pobre. Los convocantes han denunciado cómo la acumulación de riqueza en muy pocas manos se produce a costa de los derechos de la mayoría de las personas y de la degradación del planeta.
Y es que mientras se protege al capital y a las élites del planeta, las políticas sociales continúan debilitándose: educación, sanidad, medio ambiente, cooperación, igualdad o dependencia han sufrido enormes recortes cuyas consecuencias afectan directamente a la dignidad de las personas y a sus derechos.
«Las oligarquías financieras, el gran capital, tienen atado de pies y manos al 99 por ciento de la población mundial. La manifestación de hoy es una muestra de que la sociedad civil, organizada y movilizada, es capaz de romper esas cadenas», aseguraban ayer los convocantes.
No hay que olvidar que el uno por ciento de la población del planeta posee tanto como el 99 por ciento restante y es, precisamente, esa pequeña élite la que está presionando para que se firmen en todo el mundo tratados como el TTIP y el CETA. Mientras tanto, 800 millones de personas sufren hambre en el mundo y unas 65 millones se han visto obligadas a dejar sus hogares en la mayor crisis de refugiados tras la II Guerra Mundial.