Un domingo más. Unas elecciones más. Y van demasiadas. España vive unos nuevos comicios y las expectativas de cambio o de que pase algo diferente siguen siendo nulas. No sabemos muy bien cómo lo han hecho pero la sociedad ha quedado tan aletargada que somos incapaces siquiera de responder a las distintos desmanes a los que nos someten desde el poder. Pasarán los años y seguiremos preguntándonos qué tiene que pasar para que se salga a la calle de verdad en este país.
Así que Andalucía vive una jornada electoral marcada por la incertidumbre de que pueden pasar muchas cosas y las certezas de que, finalmente, no pasará nada. Lo de siempre en España.
Porque lo que hoy decidan los andaluces en las urnas, en esa ocasión en la que se nos deja decidir algo cada cuatro años, tiene pinta de que no va a cambiar mucho las cosas en una tierra necesitada de un impulso que haga que pueda mirar al futuro con optimismo. Especialmente en las zonas rurales, las grandes olvidadas.
Y es que hay dos Andalucía. Una, la del turismo, la de las ciudades, que siempre parece en primera línea de todo y mucho más. Y otra es la Andalucía olvidada, la que ignoran los políticos salvo en campaña electoral. Y esa es la Andalucía que más impulso necesita, porque se muere, se queda sin gente, especialmente sin jóvenes, y apenas puede mirar al futuro con esperanza. A esos, con total seguridad, los volverán a dejar de lado cuando se cierren los colegios electorales. Hasta la próxima, claro. Que será pronto, en mayo, por cierto.
Hemos vivido una campaña electoral muy típica. Con mucha palabra y poca realidad. Con mucha fanfarria y poco programa. Ahora se vive de otra manera esto de la política y de las elecciones. Los programas, que antes eran tan necesarios, ahora son inmensamente secundarios. Casi olvidados. ¿Tendrán programa todos los partidos políticos? ¿Les importa a los ciudadanos los programas electorales? ¿Les importa a los ciudadanos el futuro? ¿Les importa a los políticos el futuro?
Como se dice siempre en estas cosas, ahora deciden las urnas. ¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá? ¿Ganará de nuevo el PSOE? Todo hace indicar que sí, pero si hay algo poco fiable son los sondeos, y más tras las últimas experiencias vividas a lo largo y ancho del planeta.
Nuestra predicción está clara: todo va a quedar tan dividido que gobernar va a ser imposible y habrá nuevas elecciones en Andalucía en unos meses. Se podrían juntar con las municipales, otras autonómicas y las generales y vivir un día de locura inolvidable, que no servirá para nada, pero al menos informativamente hablando será entretenido. O no.