La Feria del Libro. Disneylandia. La realidad

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Pasear estos días por la Feria del Libro de Madrid ha sido como hacerlo por una suerte de utopía en la que para protegerse del calor —o de casi cualquier cosa— basta con una novela.

Durante unos días los escritores se han reconvertido en las nuevas estrellas de rock. Bueno, en los nuevos futbolistas. O quizá cocineros de estrella Michelin.

Alrededor de sus letras se han reunido más de dos millones de visitantes, superando con creces las expectativas que tenían los organizadores.

Ya sea por moda o por amor a la cultura —que no nos vamos a poner esnobs (de momento)—, lo cierto es que no nos queda otra que celebrar que los libros consigan la movilización de miles y miles de personas. Da igual que compren la obra del Rubius o de David Trueba, lo que importa es leer. Se trata de abrir un libro, que ese te lleve a otro y así sucesivamente en un bucle infinito. Un bucle fascinante. Un bucle que nos desborde la imaginación y nos llene de emociones los bolsillos.

La literatura está llena de cosas inútiles absolutamente necesarias.

-Rosa Montero-

Visto así, pareciera que vivimos en un país maravilloso que ama la lectura, a pesar de Mariano Rajoy o precisamente por él. Ya se sabe, un libro es la mejor huída, la gran evasión, sin salir de casa.

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Sin embargo, los datos son escalofriantes. El 39% de los españoles no leyó ningún libro en 2015. Las librerías se redujeron hasta 3.650 en 2013 (casi 700 menos que el año anterior) y en una década ha cerrado el 25% de los puntos de venta de prensa: de los 30.000 de 2006, en 2016 quedaban 22.300.

Esto es, al menos, lo que se desprende de la edición 2017 del Informe ‘La Lectura en España‘, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

Como explicó el Presidente de la FGEE, Daniel Fernández, en su presentación, el informe es «en parte, el paisaje tras la batalla de la durísima crisis económica y social que hemos sufrido en estos últimos años. Una crisis que, en el caso del libro, ha implicado que los hábitos lectores de los españoles no hayan experimentado el fortalecimiento que desearíamos».

¿Entonces qué pasa? ¿Llenamos la Feria del Libro como hacemos cola para ver Checkpoint Charlie o visitamos Disneylandia? Algo de esto hay. Seguro. Y no es extraño cuando el patrocinador de uno de los mayores eventos en torno a la literatura del país es Bankia. Ni la imaginación se libra de las garras del capitalismo más feroz.

Aún así el informe de la FGEE rompe con la creencia predominante de que la gente cada vez lee menos. «Los datos que se han ido recabando nos indican, de un modo pertinaz, todo lo contrario». En los últimos 15 años se registra un incremento de 11,2 puntos en la proporción de lectores frecuentes.

Además, el estudio apunta que desde el punto de vista de la oferta cultural, al menos cuantitativamente, la edición española se sigue caracterizando por un fuerte pluralismo cultural y una rica bibliodiversidad que incluye, además el pluralismo lingüístico Internet ha transformado los modelos de negocio y de gestión para muchas empresas. Editar un libro o generar un contenido es cada vez más factible para cualquier persona gracias a la tecnología y a la posibilidad de subcontratar cualquier servicio o proceso industrial y comercial. Esta situación ha llevado a un importante crecimiento de la autoedición y a la fragmentación y diversificación de la oferta entre una multitud de agentes editores.

Que hay que reinventarse en este sector ya nos lo dejó claro Charles Bukowski en su imprescindible ‘La senda del perdedor’. «Seguía teniendo la sensación de estar rodeado por un espacio vacío», escribía recordando sus sentimientos en quinto de primaria. Fue entonces cuando tuvo que escribir una redacción sobre un discurso del presidente Hoover, que no había escuchado. Su profesora lo felicitó y él descubrió el santo grial del escritor:

Así que eso era lo que querían: mentiras maravillosas. La gente era tonta. La cosa iba a ser fácil.

Tontos, o no. Disneylandia, o no. Capitalismo, o no… Sigamos leyendo, por favor, porque como dice la propia web de la feria: «La Feria cierra, pero las librerías están abiertas durante todo el año. Muchos y buenos libros les esperan. Muchas y buenas lecturas para todos».

Amén.

bluebird Comunicación
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