Como cada 6 de diciembre desde 1978, la Constitución (de casi) todos los españoles cumplió un año más. Pero quizás en este 2014, todo haya sido diferente para ella, la Carta Magna, porque los políticos están a otras cosas y este año no les ha tocado llenarse la boca con su defensa como en ocasiones anteriores.
Este año la Constitución no mola para nada. No está de moda. Ahora, los partidos políticos están más centrados en lavar sus vergüenzas que en otra cosa. No es tiempo de defender textos del año 78. Para nada. Están en esa fase de quedar bien propia de épocas previas a procesos electorales. ¡Ah! Y atacando a Podemos, dándoles cada día más votos para llevarles hasta Moncloa.
Pero no nos salgamos del tema. Volvamos a la protagonista de este texto: la Constitución.
Cumplía este 6 de diciembre la friolera de 36 años. Casi nada para algo con la que cada vez se identifican menos españoles y españolas por el simple hecho de no haberlo votado. Tonterías dicen algunos. Comunistas… dicen los mismos. El caso es que en esta ocasión no han preparado nada especial para celebrar este día. No ha sido como otros años.
El día de la Constitución quedó como una fecha más de fiesta en el calendario. Pero no hubo grandes aspavientos institucionales como en ocasiones anteriores. Y eso que estrenábamos monarca para la ocasión. Hablamos de Felipe VI, El Preparao, pagado por todos los españoles.
Pero ni aún así. Se conoce que Mariano y compañía están en otras cosas más interesantes para protegerse el culo y velar por el interés de todos los españoles. Y el suyo propio. La cosa es que celebrar la Constitución este año no servía para nada políticamente y así lo han hecho.
Con lo que se han llenado la boca hablando de ella. Para hablar de Catalunya, de la monarquía, de la Transición… ¡Ay! ¡Y este año apenas se han acordado! ¡ ¡Pobre Carta Magna!
Pero no podemos olvidar una cosa: ese texto que tanto quieren y en ocasiones veneran fue el mismo que mancillaron a favor de los bancos hace unos años tanto el PSOE como el PP. Ese que no se podía tocar para nada pero se abrió, por la espalda, para contentar a aquellos que estaban esquilmando al país y llevándolo a la quiebra más absoluta.
Porque los políticos que nos gobiernan (y los que nos gobernaron hace unos años) se mearon en multitud de ocasión encima de la Constitución pitorreándose de toda la ciudadanía. Y lo siguen haciendo. Tenemos un país de vergüenza con un número importante de políticos que ha traspasado la barrera de lo miserable hace muchísimo tiempo. Y ahí siguen, chupando del bote hasta que los echen.
Y no dudamos que en el futuro volverán a agarrarse a la Constitución para defender su cortijo montado entre el Partido Popular y el Partido ¿Socialista? ¿Obrero? Español a lo largo de tantos años. Ya lo avisó Cospedal: pactarán si tienen que pactar. ¿Alguna duda?
Mientras tanto, esa Carta Magna está más débil que nunca y necesita, desde hace bastante tiempo, un cambio total y absoluto. Lo merecen los ciudadanos, especialmente aquellos que no pudieron votarla en 1978. Lo merecen los nuevos tiempos. Nuevos malos tiempos. Y los culpables de eso no son otros que los políticos que nos han llevado a esta situación de recortes, pobreza y exilio de muchísimos españoles, especialmente jóvenes.
Pasó un nuevo 6 de diciembre. Nada especial para la Constitución. Quizás, el próximo año, por estas fechas, el presidente del país que en 2014 la ha olvidado sea joven y lleve coleta. O sea ahora mismo el diputado más joven del Congreso. Lo que es seguro es que ni la Constitución quiere que se llame Mariano Rajoy o Pdro Snchz.