Euskadi vota obligada a los pactos (El Correo)
El 25-S arranca la cuenta atrás para evitar terceras elecciones (El País)
Galicia y Euskadi deciden el camino (La Vanguardia)
Galicia y País Vasco votan sin esperanza de romper el bloqueo (El Mundo)
Así rezan las portadas de algunos periódicos de este domingo electoral. Nosotros, desde aquí, nos quedamos con el último titular, pero acortándolo: Galicia y País Vasco votan sin esperanza…
Y añadimos: como el resto de España.
Cuando una persona vota lo hace por dos razones: para provocar un cambio o para que un período continúe estable.
Sin embargo, hay quien nunca vota, muchas veces por convicción, o por principios, y es muy respetable. A estos se les están uniendo los aburridos. Los cansados.
¿De qué?
De que aquí nunca pase absolutamente nada. Entonces… ¿Para qué votar?
Los nuevos pactan con los viejos. Los de hoy ponen ojitos a los de siempre. Juan Carlos Rodríguez Ibarra ocupa horas de televisión en prime time jugando al “y tú más”. El PSOE se autodenomina de “izquierdas”. El PP se ríe de todos…
Mientras tanto, la ciudadanía se aburre y empieza a darle igual lo que esta noche decidan las urnas, que las próximas elecciones, si las hay, sean el 18 o el 25 de diciembre. No hay nada peor que desilusionarse, que no es más que otra manera de decepcionarse. Y, aquí, ahora, a la decepción se suma el cansancio.
Cansan que sucedan cosas, pero también que no pase nada. Especialmente, si este bloqueo viene provocado por la cobardía de casi todos.
O a lo mejor es que, simplemente, esta mierda de sistema se ha agotado. Sólo hace falta que nos demos cuenta y nos organicemos para cambiarlo. Ojalá.
