Escuece a muchos ese hashtag tan utilizado en Twitter, #PPSOE. Dicen que es una falta a los valores de su partido meterlos en el mismo saco que el eterno rival. Que no tienen nada que ver. Que unos son esto y los otros son otra cosa. Aunque la puesta en escena es muy parecida. Y cada vez están más de acuerdo en más cosas. Y tienen un chiringuito bien montado y bien atado. Quizás les escueza porque es verdad.
En las últimas semanas hemos comprobado muchas cosas. Por ejemplo, Alfredo Pérez Rubalcaba pasó de ser el gran enemigo del Partido Popular a un político ejemplar. Ese político ejemplar que ayudó a Juan Carlos, Felipe y Mariano a dejarlo todo atado, bien atado y más que atado.
Pues de esto que va Alfredo y dice que se marcha. Saltan las alamas. No sólo en Ferraz. También en Génova. Unos pensarían: tenemos que encontrar a uno que trague y mantener el chiringuito. Los otros dirían: esperemos que gane uno de los nuestros y sigamos con el cortijo.
Y en esto que llegan las primarias. Sólo hay un candidato que se aleja de la línea oficial: Pérez Tapias. Y Madina y Sánchez suenan a joven rancio que tira para atrás. El resultado: Pedro Sánchez nuevo secretario general del Partido antes conocido como Socialista Obrero y que sigue siendo Español.
Alivio en Ferraz. Más alivios en Génova.
Ha gustado Sánchez en las filas del Partido Popular. Ya han salido varias voces de los de la gaviota a recibir con los brazos abiertos a Pedro Sánchez señalando que esperan que siga el ritmo de Rubalcaba. Esto significa: vamos a seguir haciendo y deshaciendo a nuestro antojo. Pero si Podemos puede seguir robándole más votos al PSOE, mejor para ellos.
La estrategia está clara en el Partido Popular: desgastar al PSOE lo justo para que bajen lo necesario que les aleje de la mayoría, pero sin que los de Pablo Iglesias despeguen y sean una molestia. Claro que con declaraciones como las que está haciendo últimamente Esperanza Aguirre, el resultado de Podemos puede ser antológico en las generales.
Pero volvamos al PSOE. Y al PP. El PPSOE al fin y al cabo. Ya son tal para cual. Don Quijote y Sancho. Isabel y Fernando. Los siameses de la política española saben que se necesitan el uno al otro para seguir mandando como en las últimas tres décadas. Y van a poner toda la carne en el asador. No olvidemos que se han deshecho en elogios a Pérez Rubalcaba. ¡Mariano y Alfredo parecían una pareja bien avenida en los actos de la coronación de Felipe!
Se abre un horizonte nuevo en la política española. Se avecina una italianización sin precedentes en el Congreso de los Diputados, con una gran subida de la izquierda y de algún otro partido que dará la sorpresa. PP y PSOE están atentos a la jugada y no van a permitir que les bajen del carro. Y si tienen que pactar, pactarán. Y si tienen que crear la candidatura PPSOE lo harán.
Desde Murray Magazine les proponemos un nombre: Partido Popular del Sistema Obsoleto Español (PPSOE). No suena bien pero seguro que les vale. Ya son siameses y van más que de la mano. Todo por los ciudadanos dirán. Pero no dejarán que los cimientos de su cortijo, ese que se han montado en todos estos años de la democracia, se tambaleen lo más mínimo.
La ilustración que acompaña a este artículo es de Facundo Mascaraque.