Criminales. Eso son los corruptos. Criminales de mala calaña que tendrían que estar en la cárcel uno a uno pasando muchos años a la sombra mientras devuelven céntimo a céntimo lo robado. Criminales que han vivido, viven y vivirán a todo trapo mientras hay seis millones de parados, crece el número de familias sin ningún recurso, cientos de familias son desahuciadas día sí y día también, o más de dos millones de niños viven bajo el umbral de la pobreza en España.
Criminales. Eso son los corruptos. Los políticos, los empresarios, las infantas, los duques… son criminales. Y han saqueado las arcas públicas de un país mientras otros miraban para otro lado montando una burbuja que sólo ha estallado a los ciudadanos. Criminales que llevaban sus coches de alta gama en sus casas de millones de euros construidas gracias a sus crímenes mientras miles y miles de jóvenes tienen que abandonar su tierra para tratar de tener un futuro.
Criminales. Que no han tenido escrúpulos para saquear ciudades enteras y aún no han devuelto un euro de lo robado. Que encima se quejan mientras siguen ocupando sus cargos públicos e ingresando sustanciosas cantidades públicas cuando sus cuentas en Suiza u otros paraísos fiscales no paraban de crecer. Criminales que han sido, son y seguirán siendo votados dentro de unas listas basadas en corruptos y corruptas.
Criminales. Que burlan la Justicia. Que se ríen de todo y de todos. Que son protegidos por los grandes partidos que echan en cara los casos de corrupción en los rivales mientras no actúan contra lo podrido dentro de sus filas. Criminales que han traficado con influencias de sus tíos, sus padres, sus amigotes o sus suegros. Incluso suegros reales. Y que se ríen de todos nosotros sólo por haber nacido en una familia protegida por el Régimen.
Criminales. Que han causado parte de esta crisis. Que movían sobres en la sede de un partido que hoy gobierna mientras en la cárcel sólo está uno al que tienen amordazado para que no cuenten todo lo que sabe. Criminales de traje y corbata que pese a decenas de procedimientos abiertos, visitas a juzgados y tiempo en la silla de los acusados siguen en la calle sin pisar una cárcel el tiempo que merecen.
Criminales. Que han entrado en la alta sociedad a base de robar, robar, robar y robar dinero público. A los que esa misma alta sociedad los ha acogido como uno de los nuestros. Que han prevaricado, recalificado y estafado sin parar durante años. Criminales sin escrúpulos que han destrozado las arcas de pueblos y ciudades a lo largo y ancho de España. Que si los pones en fila india, una ardilla podría saltar de corrupto en corrupto hasta llegar a los Pirineos desde Cádiz.
Criminales. Instalados en todas las esferas del Estado dispuesto a desfalcar sabiendo que probablemente no pagarán por sus delitos protegidos por sus partidos. Que se han llevado el dinero de los parados, de los colegios, de los hospitales… Criminales de los que aún no sabemos la mitad de sus nombres ni un tercio de lo robado. Que han presidido bancos. Que han dirigido ayuntamientos, diputaciones provinciales y comunidades autónomas. Instalados en las estructuras de los partidos políticos beneficiando a amigos y grandes empresas.
Criminales. Que no han pagado por sus delitos ni devuelto todo lo sustraído a los ciudadanos. Criminales. A los que probablemente no veamos nunca entre rejas protegidos por papá Estado (o papá Monarca). Criminales que siguen libres mientras juzgan a gente por expresarse o dictan cárcel para personas que ejercían su derecho a la huelga.
Son los corruptos: unos criminales.
La ilustración que acompaña a este artículo es de Facundo Mascaraque.
No era necesario la imagen esa, el criminal en todo seria usd por dicha imagen accesible a niños, puesto que estuve buscando imagen de corrupcion y encontre la suya, una imagen sexual.