A tenor de los últimos, y bochornosos, acontecimientos hemos decidido que queremos dormir hasta el próximo 21 de diciembre. No entendemos bien en qué momento los programas electorales dejaron de tener importancia en comparación con otros programas, los de los medios de comunicación.
Hemos leído por ahí —no, no hemos podido ni verlo, qué vergüenza— que ayer Pablo Iglesias le cantó una nana a María Teresa Campos y que, por lo visto, le hizo ojitos a Jorge Javier Vázquez. ¡Joder! Con lo que nos reímos por aquí cuando Pdro Snchz, el obrero, el socialista, entró por teléfono en ‘Sálvame’…
Lo que sí contemplamos hace unos días, con estupor, y temblores, es la colleja que Mariano Rajoy le pegó a su hijo en la COPE. Lo mejor, como casi siempre, los memes que este hecho nos ha ido dejando para deleite de nuestras mandíbulas.
El socialista y obrero, nuestro querido Pdro, por su parte, ha estado con Bertín Osborne desvelando que era muy ligón y que se ponía chándal (¿cuántos votos habrá perdido con esta confesión?).
Albert Rivera, cómo no, también ha pasado esta semana por la tele, concretamente estuvo en ‘El hormiguero’, donde recibió una felación echó una carrera de karts con Pablo Motos. ¿Le dejaron ganar, no?
Amigos, es terrorífico, pero estamos en campaña y parece que hacer el ridículo y hablar de todo menos de propuestas concretas es lo que toca. Nos preguntamos dónde queda la dignidad de nuestros políticos y, de alguna manera, celebramos que Alberto Garzón no esté invitado a este circo. Nos gusta imaginar que no entraría al trapo, no de manera tan lamentable al menos.
Quizá lo que pasa es que candidatos de chiste sólo saben hacer campañas de chiste. Seguro que es eso, porque nos negamos a pensar que este esperpento es que el reclama la ciudadanía.