Sobre España, una estrella y un fracaso

Fracaso. Así empieza esta (no) crónica del partido de España contra Chile que ha supuesto la eliminación de la Roja del Mundial de Brasil. Sí, es un fracaso. Pero no por ser la campeona del Mundo, sino porque a la Selección española, por tradición, siempre se le ha exigido al menos pasar de cuartos. Cuando en Francia’98 no pasamos de la primera fase fue un fracaso sonado. A Clemente (nunca he sido admirador suyo) se le mató.

¿Y ahora? Pues nos tocará aguantar el buenismo de los medios de comunicación con Del Bosque y los futbolistas por todo lo que nos han dado estos seis años. Que sí, ha sido mucho, pero el fútbol no tiene memoria. No la ha tenido nunca. ¿Por qué tiene que tenerla ahora? ¿No será por todo el dinero que hay invertido en publicidad y desde los medios en la Selección? ¿O por qué Del Bosque cae bien? ¿Qué estaría pasando (insisto) si fuera Clemente el seleccionador? O Mourinho…

¿Mañana no va a haber portadas pidiendo la cabeza del seleccionador? Pues eso pasó con Clemente. Y con Iñaki Sáez. Y con el grandísimo Luis Aragonés. No. Habrá buenas palabras hacia estos chicos que se lo han dado todo a España.

Esto es fútbol y como dijo el citado Aragonés consiste en una cosa: “Ganar, ganar, ganar. Y volver a ganar, a ganar, a ganar”. Y punto. No pasa nada por decir que España ha fracasado en Brasil. No pasa nada por decir que los jugadores no eran los adecuados para afrontar esta competición. No pasa nada por decir que se veía venir. ¡En serio! ¡Es fútbol!

Sí, cada uno de nosotros tiene un seleccionador dentro. Eso es evidente. Pero a Del Bosque le ha fallado llevar a su gente. A sus amigos. Y en el fútbol eso no suele traer nunca nada bueno. ¿Por qué Fernando Torres ha sido el recambio de la delantera en los dos partidos? ¿Por qué no ha jugado Villa? ¿Por qué no estaba Negredo en la lista?

Es evidente que a toro pasado es muy fácil criticar todo lo que ha pasado en Brasil. Pero es que ya había habido señales. La primera en la final de la Confederaciones cuando la Seleçao dio al mundo la clave de cómo desarbolar a España. Luego vino Holanda y, con cinco defensas, nos arrolló. Y anoche Chile hizo y deshizo a su antojo jugando desde el primer minuto el partido que ellos querían. Y los jugadores españoles mirando.

No había trabajo físico. No había trabajo táctico. No había equipo. Y lo que es peor, no había un ápice de hambre en los jugadores. ¿Cómo puedes poner a Pedro y Azpilicueta en una banda derecha en la que no se entendían de ninguna de las maneras? ¿Eso no se ve en un entrenamiento? ¿Cómo cambias a Xabi Alonso (nefasto pero al menos corría) en vez de a un Busquets que aún debe pensar por qué ha ido convocado?

¿Y los centrales? Resulta que la culpa no era de Piqué. Bueno, al menos no toda la culpa. Javi Martínez andaba perdido en el campo. Contagiado por Sergio Ramos y todo el equipo que no tenía la mente en lo que se estaban jugando.

Así que aquí estamos. A 19 de junio y España fuera del Mundial. Como Francia en 2002 o Italia en 2010. Curiosamente, la Azzurra finalizó última de su grupo detrás de una selección de Oceanía: Nueva Zelanda. Ahí queda eso.

Quiero acabar agradeciendo a los jugadores que tocaron la gloria en 2008, 2010 y 2012. Hicieron historia. Sí. Serán eternos. Sí. Por ellos hay una estrella en el pecho. Sí. Pero de eso no se vive en el fútbol. Sobre España, una estrella y un fracaso

bluebird Comunicación
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