España cedió ya su trono hace tiempo aunque no será hasta el duelo entre Francia y Portugal cuando se haga efectiva la renuncia española al olimpo de la pelota. El escenario no puede ser más idílico ni futbolero: París se prepara para coronar a un nuevo rey del fútbol como ya ha hecho tantas veces en el pasado.
Y ese mismo cielo que recibió allá por 1998 la Copa del Mundo de mano de Deschamps se encuentra hoy con la posibilidad de que la misma persona le brinde un nuevo título, aunque esta vez lo haga como entrenador de una Francia renacida y joven, que ha hecho buenos los pronósticos de los anfitriones colándose en una final cantada después de despachar a Alemania en la final.
Lo de Francia no es cualquier cosa. Sobreponerse a todo lo previo, la ausencia de un futbolista magnífico como Benzemá y la presión de jugar en casa no ha sido fácil. La victoria contra Alemania confirma las buenas sensaciones que este equipo daba sobre el papel y que ha ido consolidando con el paso de los partidos durante el torneo.
Comandados por un fantástico Griezmann, un Payet sensacional en los primeros partidos, un Pogba intermitente pero que dejó destellos de futbolistas imperial, un Lloris que ha sostenido el equipo con grandes intervenciones y un Sissoko que ha ido consolidándose a medida que pasaban rondas, los de Deschamps han construido un equipo sólido capaz de todo y que llega a la final como gran favorito ante Portugal.
Vayamos ahora con los lusos. Portugal es Cristiano Ronaldo, eso lo sabe todo el mundo. Pero el gran artífice de que hayan avanzados fases y llegado hasta la final ha sido el bloque y el entramado defensivo que ha construido Fernando Santos. Probablemente no estemos ante el equipo portugués más brillante de toda la historia pero sin duda alguna es uno de los más efectivos.
Y se han metido en la final con la ausencia de Pepe, gran estrella de su zaga, en la semifinal frente a Gales. Sus compañeros sobrellevaron su ausencia con trabajo y sacrificio. Y, por supuesto, no podemos olvidar la figura de Renato Sanches, flamante fichaje del Bayern Munich, que ha ido erigiéndose como un futbolista enorme a lo largo del torneo.
Y después está Cristiano. Criticado siempre, el astro portugués coló a su país en la gran final de la Eurocopa con uno de los mejores remates de cabeza que se ha visto en un campo de fútbol desde hace muchísimo tiempo. Pero hay que ser realistas, Ronaldo no ha hecho una Eurocopa brillante y ha estado en un segundo plano en muchísimos momentos mientras su selección seguía avanzando rondas.
A favor del 7 luso hay que decir que en los momentos cruciales ha aparecido. Lo hizo con un doblete importantísimo en la fase de grupos y con el cabezazo letal en las semifinales frente a Gales. Y tengamos claro que si Portugal vence el torneo, el gran triunfador de todo esto será Cristiano Ronaldo.
Ahora toca esperar a que el balón ruede en Saint-Denis y que los goles decidan si Francia o Portugal suceden a España en el trono europeo. ¿Quién alzará la Eurocopa al cielo de París?