Las alegrías que nos dan Marc Gasol y José Manuel Calderón

Esta semana me detengo en dos jugadores españoles de la NBA. Los motivos de alegría son distintos, pero muy resaltables en ambos casos.

Marc está en su mejor momento. Su inicio de temporada es fulgurante, tanto como para tener claro que va a jugar el All Star, y además su equipo es líder de la NBA. Hace tiempo que sabemos de la valía del mediano de los Gasol, pero ahora ha dado un paso más y se está convirtiendo en toda una superestrella de la mejor liga del mundo. Y siendo hermano de quien es, en parte no sorprende, pero por otro lado es alucinante. Dos hermanos no estadounidenses triunfando allí.

En el momento de escribir estas líneas, Memphis Grizzlies lleva 12 victorias y dos derrotas, un rendimiento con el que yo no contaba. Es verdad que el calendario no les ha puesto en demasiados aprietos, han jugado más partidos en casa que fuera y no han sido muchos los rivales de verdadera entidad que han tenido enfrente. Pero están aumentando la dosis de la pócima que inyectan en sus adversarios, y eso les hace extremadamente peligrosos. Se trata de estropear al contrario por muy bueno que sea.

La fórmula no ha cambiado. David Joerger tomó el testigo de Lionel Hollins en el banquillo y la adaptación se ha completado. La plantilla no ha mejorado este verano, por lo que los instrumentos defensivos deben fortalecerse y así está siendo. Encajan 92.4 puntos por partido, la tercera mejor defensa de la liga. Y se permiten el lujo de encajar más puntos en casa que fuera, porque ahí están logrando muy buenas cifras de anotación (han ganado sus ocho partidos en el FedEx Forum). Es verdad que no son el equipo más atractivo de ver, sobre todo militando en la Conferencia Oeste, pero con la plantilla que tienen no les queda mucha más opción.

El caso es que ofensivamente no se han resentido, y el gran culpable de eso es Marc. El de Sant Boi de Llobregat ha tomado las riendas del equipo en ataque. Nunca en sus seis temporadas anteriores superó los 15 puntos de media por partido, y esta campaña está rozando los 20, con un 50% de acierto en tiros de campo y un 83% en tiros libres. No es sólo lo bien que tira, sino que tira más que nunca. Y eso es porque ya es un líder. Sus compañeros alucinan con él, le ven como un faro que les puede llevar de nuevo a luchar por la gloria.

De aquí a finales de diciembre podremos comprobar de qué pasta están hechos los Grizzlies. Su calendario se complica muchísimo, así que tendrán un montón de partidos donde van a poner a prueba su excelente defensa.

Calde da buenas noticias porque vuelve a jugar. Se lesionó levemente en pretemporada, se recuperó, pero en el calentamiento del primer partido volvió a lesionarse y tuvo que esperar su oportunidad de debutar con New York Knicks. Consideraciones sobre la historia de esta franquicia aparte, comenzar una temporada jugando en casa en el Madison Square Garden debe ser tremendo, y el de Villanueva de la Serena se lo perdió.

Ha tirado de paciencia y ya está sobre el parquet. Ha jugado dos partidos y está claro que no está a su nivel. Le falta ritmo de partidos. Ha sido titular en los dos, pero en el primero jugó 21 minutos y en el segundo 26. Aún tiene que mejorar su estado físico y acostumbrarse a jugar con el nuevo sistema de Derek Fisher, el triángulo ofensivo de Tex Winter que tantos éxitos le dio a Phil Jackson (general manager de los Knicks) en Chicago Bulls y Los Angeles Lakers y quiere replicar a hora, pero con un alumno aventajado sentado en el banquillo.

El invento no va bien por el momento. Cuatro victorias en 15 partidos no llaman al optimismo. Pero no todo es culpa del sistema. La plantilla todavía no es lo suficientemente potente para aspirar al anillo. Jackson ha convencido a Carmelo Anthony para quedarse, ahora tiene que convencer a otras figuras para que se unan al equipo en el verano de 2015. Y una de ellas, según la rumorología, es Marc Gasol, que acaba contrato en junio.

Calderón no debe desesperar. Sería lógico que, cuando él ya esté fino, las cosas mejoren en el equipo porque el engranaje eche a andar con más soltura. Pero las ilusiones del extremeño tampoco deben ser máximas, porque de momento su equipo no es de lo gallitos de la competición.

Fotografía: Christopher Johnson ©

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