El equipo de Steve Kerr sigue marcando el paso en la temporada NBA. Después de ser el mejor equipo de la liga regular con 67 victorias y 15 derrotas, en la primera ronda de play-offs ha dejado clara su candidatura al anillo. El 4-0 que le han metido a New Orleans Pelicans es ligeramente engañoso, han tenido que emplearse a fondo para lograr ese resultado, pero han demostrado que tienen un arsenal muy variado.
Es el equipo que viene maravillando desde hace meses, y no han dejado de hacerlo en la primera ronda. Son el primer equipo clasificado para semifinales de conferencia. En el primer partido amenazaron con ganar de paliza, pero se acabaron relajando y no estuvieron muy lejos de pagarlo caro. Su estrella, Stephen Curry, anotó 34 puntos. En su segundo encuentro, también disputado en su pabellón, en el ORACLE Arena de la bahía de Oakland, el sufrimiento fue más constante, pero como también saben defender, acabaron saliendo del atolladero.
El deseo de los Golden State Warriors era que su siguiente partido en casa fuese ya en la siguiente ronda. Y eso obligaba a ganar dos veces en New Orleans. Nadie dice que eso sea fácil, y en efecto no lo fue. El ambientazo que había en el Smoothie King Center era algo más que caliente. Por fin veían a su equipo en play-offs, y eso merecía caldear al máximo.
Los Pelicans se contagiaron y jugaron un partido estupendo, desarbolando al mejor equipo de los últimos meses. Pero pasa lo mismo que con un Terminator: tienes que asegurarte de que ya no le queda vida, que sus circuitos no se reactivarán. 20 de ventaja tras tres cuartos, pero no le tomaron el pulso al que parecía cadáver. Y revivieron, todo ese periodo en el filo de la navaja con todas las papeletas para cortarse y acabar desangrados. Pero Curry no quiso consentirlo, y firmó el gran momento, hasta ahora, de los play-offs, anotando dos triples en los últimos segundos que mandaban el partido a la prórroga.
En el tiempo extra, Curry ya era imparable, y entre sus asistencias y los tiros libres anotados al final, amarró la tercera victoria de la serie, la que sentenciaba la eliminatoria. Su firma llevaba 40 puntos y nueve asistencias. Sólo faltaba saber en qué momento se terminaría todo. Ya en New Orleans o si tendrían que molestarse en ganar otro partido en casa para avanzar.
El cuarto partido era un reto para los Pelicans. Ganar o morir. Y lo intentaron de nuevo, aunque no les salió un partido tan genial como el tercero. Curry se alió con Klay Thompson y Draymond Green y entre los tres castigaron sin compasión a la defensa rival. Los Pelicans llegaron al descanso con 54 puntos, el trío de los Warriors con 55. Y tras el paso por vestuarios, Kerr decidió cambiar el guión, había que asfixiarles, y así es como pareció que sentenciaban el partido (les dejaron en 13 puntos en el tercer periodo). En el último cuarto, los de Monty Williams trataron de devolverles a los californianos la mala sensación de verse remontados, pero no pudieron culminar y tuvieron que entregar la cuchara. Esta vez Curry regaló un tiro libre en los segundos finales y en vez de 40 anotó 39, con otros nueve pases de canasta y también ocho rebotes en el zurrón. Es el mejor jugador del momento, tiene muchas papeletas para ser el MVP de la temporada.
La actuación de los Pelicans es meritoria, les costó muchísimo esfuerzo entrar en play-offs y ya sabían que les iba a tocar bailar con la más fea. Han llegado donde han podido, y por fin se ha podido ver jugar en una eliminatoria por el título a Anthony Davis. Ya no es una estrella de futuro, sino que es, como poco, uno de los 10 mejores del planeta en la actualidad. Acuérdese de estas palabras cuando le vea levantar el trofeo de MVP algún año de estos. Kerr dijo tras el cuarto partido que le aliviaba la idea de no tener que enfrentarse a él al menos hasta noviembre.
Pero las luces, la mayoría de ellas, están fijas en un equipo impresionante, un lujo con mucha juventud, con un entrenador debutante, que llevan desde noviembre haciendo temblar los cimientos de la mejor liga de baloncesto del mundo. Y ya esperan rival, prestos y dispuestos a lanzarle a la lona también. Si no pasa nada extraño será Memphis Grizzlies (que van ganando 3-0 a Portland Trail Blazers), una prueba distinta, seguramente más dura, pero en la que nadie dudará en darles como favoritos. Tras ganar 71 partidos y perder sólo 15 (contando la serie recién ganada), no merecen menos.
Fotografía: Keith Allison ©