Hoy conoceremos la lista de los 23 futbolistas que intentarán, representando a España en el mundial, continuar por la senda exitosa comenzada con Luis Aragonés, y continuada por mi colega aristócrata Don Vicente Del Bosque. Esta era, prolífica en títulos y buen fútbol, comenzó cuando Luis decidió que España se llamara La Roja. Xavi, Iker, Puyol, Piqué, Ramos, Villa o Iniesta, empezaron a usar el tiralíneas en el campo coincidiendo con el nuevo nombre. Ya sé que el bautismo y la excelencia no fueron inmediatos, pero… ¿Fue azar? La verdad es que no creo en las casualidades. Ese fútbol preci(o)so y vertiginoso llevó a la Selección al tan anhelado éxito: La Eurocopa. Después vino el Mundial, otra Eurocopa y quizás llegue otro Mundial.
La Roja, con ese nombre y no con otro, triunfa por fin, para espanto de los adalides reaccionarios de la patria, no por la conquista en sí, de la que se enorgullecen en extremo, sino porque ven con estupor cómo se mancilla el honor de la nación con ese apelativotan indigno.Ellos, 69, 71, 73 y quizás 75 años después de La Victoria, se sienten agraviados en los logros, viendo el fantasma de los vencidos en el propio nombre del campeón. A ellos, que mataron porque fuera una y libre, ¿así se lo agradecen?
Nunca he sido patriota, ni lo seré, como mucho abertzale, pero me gusta la identificación de la selección con el rojo. De pequeño era mi color favorito. Como la chaqueta de E.T., la franja de la furgoneta del Equipo A, los guantes de Rocky, el chaleco de Marty McFly, el Renault 18 de mi padre o el frigodedo.
El rojo es el color de los derrocados. De Marte. De los comunistas. Del fuego. De la estrella del Che. De la sangre del pueblo. Del Che. De los labios de Scarlett Johansson. De la pasión. De una franja de la bandera. Del gazpacho de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’. De mi Athletic, junto con el blanco. De la CNT, junto con el negro. De la mejor parte de la trilogía de Kieslowski, rouge en su lengua materna. De los corazones de la gente honesta. De ‘Rouge’, el excelente poemario de una mejor poeta. De Murray Magazine. Y claro está, rojo es el color de La Roja, aunque si pierde su esencia, el Mundial que lo gane quien lo merezca.
No me esperaba ese giro maestro en el artículo, bien hecho maestro.