No es fácil escribir la crónica del partido entre España y Croacia después de lo vivido en las dos primeras jornadas de la fase de grupos de la Eurocopa. Tras hacer bailar a Turquía, contra los croatas vino la debacle y los nuestros se complicaron la vida de una manera completamente absurda e innecesaria.
Y sí, dentro de todo lo que nos resulta incomprensible, lo más duro es pensar que el futuro a corto plazo es Italia. Después asoman Alemania, Francia, Inglaterra…
Pero vayamos con el repaso a lo sucedido en Burdeos.
Para continuar con lo incomprensible hablaremos de cansancio. Todo el mundo esperaba lo lógico: rotaciones. Ni más ni menos. Pero Del Bosque decidió apostar por el mismo equipo titular de las dos primeras citas y los futbolistas fueron notando el cansancio a lo largo de los minutos. Los croatas, muchos más frescos, lo vieron claro en el segundo tiempo y superaron a España en todos los aspectos del juego.
Croacia se hizo fuerte casi desde el inicio del encuentro. Muy serios en defensa para dejar hacer a una España con menos ideas que en citas anteriores. Incluso Iniesta anduvo menos fino y fue Silva el capitán de las acometidas españolas en el primer tiempo. Morata volvió a marcar en el arranque del encuentro y todo parecía destinado a un paseo para los españoles.
Pero ese cansancio del que hablábamos anteriormente trajo consigo que se fraguara lo incomprensible. De repente, del césped de Burdeos, desapareció toda esa magia y España puso el partido en bandeja a una Croacia que se empezó a sentir más y más cómoda tras el gol del empate al filo del descanso.
Luego llegó el penalti. Lo incomprensible no es que lo tire Ramos. Lo incomprensible es que estando jugadores como Silva en el campo sea el central el elegido para lanzar una pena máxima. Los equipos necesitan especialistas en el lanzamiento de la pena máxima y está claro que Sergio Ramos no está en este grupo de futbolistas dentro de la Selección española.
Y después llegó el cenit de los incomprensibles: ¿por qué no se arriesgó en ataque a pocos minutos del final viendo que los croatas estaban con dos velocidades más que los nuestros? ¿Era necesario facilitar un contraataque tan letal como el que supuso el gol de Perisic?
Quizás fue una mala elección de los jugadores del 11 inicial que, evidentemente, arrastraban cansancio. O, probablemente, fue una mala resolución de la coyuntura tras el empate con unos cambios poco acertados. El caso es que la Selección española falló, se complicó la vida y se las verá con Italia en octavos de final. Si nos lo llegan a decir cinco minutos antes del partido inicial…
Vienen días de reflexión para los nuestros y, especialmente, para Vicente del Bosque. Croacia ha sido el primer rival de entidad de este equipo en la Eurocopa y nos han barrido con muchas ausencias. ¿Está este equipo capacitado para derrotar a la rocosa Italia? Conociendo al seleccionador, lo más probable es que repita el 11. Pero quizás haga falta un poco de frescura a un equipo que tiene mucho para elegir en el banco.
Los croatas borraron de un plumazo la magia desplegada en los dos anteriores choques pero… No podemos dejar de ser optimistas. Ya perdimos un partido en el Mundial y nos fue bien. Y, al menos, la losa mental de la fase de grupos de Brasil ya está superada.
También podemos pensar que España viene de ganar las dos últimas Eurocopas y que, con total seguridad, los italianos estén bastantes más preocupados que nosotros a estas alturas de la competición. Ser primeros de grupo para cruzarse con España no entraría en las cábalas de Conte y los suyos con total seguridad.
Pero, sin duda alguna, lo sucedido contra Croacia tiene que ser un toque de atención para Del Bosque. Primer rival serio, primer trompazo de la Selección. A lo mejor hay que buscar la manera de sorprender en el próximo partido a una Italia que nos espera con los cuchillos afilados.
Y, como siempre, el balón decidirá.