Golden State Warriors: 73

20 años ha durado un récord que parecía imbatible. Los Chicago Bulls de la temporada 1995/96 batieron las 69 victorias de Los Angeles Lakers de la 1971/72. Y las batieron sobradamente, ganaron 72 partidos y en el casillero de las derrotas aparecía un simbólico 10. Ahora, un equipo ha logrado evitar llegar al doble dígito en ese casillero.

El récord es monstruoso. Con lo terrible que es el calendario de la NBA, con un ritmo endiablado de partidos, un sinfín de viajes y un montón de rivales altamente competitivos, parecía imposible que alguien pudiera llegar hasta aquí. El año pasado ya ganaron 67 partidos, pero este año han logrado elevar su nivel. Ofensivamente, los 115 puntos de media que han anotado son un dato lo suficientemente contundente. Son bólidos, mueven el balón a toda velocidad, eso provoca que encuentren más habitualmente a un compañero libre de marca para lanzar, y además son un diesel, porque sus estrellas no tienen un promedio de minutos por partido muy elevado.

El agotamiento es mental, se les ha notado en el tramo final de la liga regular. Todo el mundo observándoles, dando por hecho que el récord caería. Todos los días hablando de lo mismo, y eso pasa factura. Lo que no se sabe es si les pesará en los play-offs que empiezan el sábado, o si se desprenderán de la presión una vez batida la marca. Ojo, son los grandes favoritos y si no ganan el anillo se subrayará al máximo.

Son muchos los momentos imborrables de esta temporada, muchas las personas a señalar como culpables de este récord, como ya señalamos aquí hace unos pocos meses. Entre todos, emerge la figura de un jugador que está cambiando las normas. Stephen Curry ha pasado de anotar menos 24 puntos por partido la temporada pasada, en la que fue nombrado MVP de la liga regular, a 30 en este curso. De golpe, casi siete puntos más. Es la primera vez en casi medio siglo que un jugador de los Warriors acaba como máximo anotador de la NBA. Su antecesor es Rick Barry.

Curry ha metido 402 triples en esta 2015/16. Ha destrozado su propio récord de la 2014/15, en la que anotó 286. Ha igualado la marca histórica de triples en un partido, con 12 (igualado con Kobe Bryant y Donyell Marshall), lleva más de 150 partidos seguidos metiendo al menos un triple, otro récord, ha conseguido acabar la temporada con más de un 50% de acierto en los tiros de campo, más de un 45% en triples y más de un 90% en tiros libres. Números escalofriantes.

Los Warriors también han recolectado mucho. Mejor arranque de la historia, ganando los primeros 24 partidos, récord de victorias consecutivas en casa, con 54 (unos 14 meses sin perder en el ORACLE Arena), más de 1.000 triples esta temporada… han sido una máquina de jugar, con un ala-pívot, Draymond Green, que es el mejor pasador del equipo, suplentes que son igual de veloces, y un conjunto que ha aprendido a estar junto, que se conoce bien, juegan de memoria y saben defender, demostrando un gen competitivo que esperemos que dure.

¿Cuánto durará este récord? Pienso lo mismo que hace 20 años. No creo que se me pase por la cabeza un equipo capaz de lograr esto. Puede que los jóvenes de hoy en día no vean caer nunca este récord. Desde luego, no les veo a los propios Warriors intentándolo el año que viene. Este hito no se lo quitará nadie, ahora hacen falta anillos. Y la plantilla es bastante joven, si conservan al grupo con algún retoque necesario cada verano, les queda cuerda para ser competitivos y poder ganar más.

No se pueden cerrar estas breves reflexiones sin citar a Steve Kerr. Él formaba parte de la plantilla de los Chicago Bulls que ganó los 72 partidos. Ahora, entrena a los muchachos que han ganado 73. Las casualidades existen, pero esto no parece una casualidad. En su primera temporada como entrenador, la pasada, ganó 67 partidos en liga regular y después conquistó el anillo, dando, además, una lección táctica en las finales ante Cleveland Cavaliers. Esta campaña ha sabido gestionar un grupo hambriento y canalizar sus intenciones y anhelos hasta alcanzar una cima que aún estaba sin hollar.

No podrían haberlo conseguido sin el segundo entrenador, Luke Walton, que ejerció de entrenador jefe en los primeros 43 partidos de la temporada por los problemas físicos de Kerr. Aunque los focos apunten hacia unos miembros de esta franquicia, todos contribuyen al bien común. De eso se alimenta este equipo, y así es como quieren seguir triunfando, empezando por los play-offs que arrancan este sábado.

Fotografía: Keith Allison ©

bluebird Comunicación
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