El auténtico Ronaldo

En los últimos años ha habido un nombre que se ha repetido en varios futbolistas excepcionales, de esos que han marcado una época: Ronaldo Hubo un Ronaldinho que hizo magia y ahora un Cristiano Ronaldo que asombra a todo el mundo con sus cifras. Pero antes de ellos hubo otro Ronaldo. El único. El original. El delantero total.

Ronaldo Luís Nazário de Lima dio pronto muestras de lo que iba a ser algo fantástico. Con 17 años formó parte de aquel Brasil rocoso que se coronó como campeón del mundo en Estados Unidos.  Romario y Bebeto, en estado de gracia por aquellos días ambos, impidieron que aquel joven de dientes prominentes disputara un solo minuto de aquel Mundial de 1994.

Luego llegaría su hora. Primero impresionó a Europa entera en el PSV holandés. Y luego, Núñez pagó 2500 millones de las antiguas pesetas por este fenómeno. Era entonces una cantidad astronómica por este jugador que, en pocos meses, se quedó en algo irrisorio.

Pronto se comprobó en España que era especial. Fue en aquella Supercopa frente al Atlético de Madrid del doblete cuando hizo un regate único a Geli. Algo increíble pasó en una baldosa. Fue la primera genialidad de un jovencísimo Ronaldo que iba a comerse el mundo.

En su primer año en España sólo le frenó el Real Madrid de Capello. Eso sí, se llevó con aquel Barcelona de Robson la Copa del Rey y la Recopa. Y aquel gol al Compostela.

Los aficionados blaugranas pensaban que tenían ídolo para años. Pero una mala maniobra de Núñez y 4000 millones de pesetas dieron con Ronaldo en el Inter de Milan, un equipo en eterna construcción por aquel entonces que se fijó en el brasileño para volver a ser grandes.

En Italia brilló e hizo goles antológicos pero… esas rodillas de cristal le costaron buena parte de sus mejores años. En medio de todo aquello vino el Mundial de Francia en 1998 en la que Brasil presentaba un equipo excepcional. Jugó bien Ronaldo pero en la final ante la Francia de Zidane se derrumbó. Se habló mucho de aquella crisis que sufrió el futbolista. Pero su calvario acababa de empezar…

Los siguientes años fueron una dura travesía para un futbolista excepcional al que le quedaba mucho por demostrar. No fue hasta 2002, en Corea y Japón, cuando volvió ese Ronaldo letal. No era el fibroso futbolista de años antes. Ahora era un tanque con un olfato de gol demoledor. Era otra cosa. Y aquel corte de pelo terrible fue el símbolo de una victoria que supuso el pentacampeonanto para los brasileños y la gloria nuevamente para Ronaldo.

¿Y dónde podría acabar en esos años un futbolista de otra galaxia? Pues en aquel Real Madrid de Florentino. Se luchó a lo largo de todo el verano por traerlo en uno de esos eternos culebrones florentinianos. Y por 43 millones de euros, Ronaldo dejó a Cúper, al Inter y a Moratti para vestir el escudo del Madrid.

¿Qué rendimiento iba a dar en el Madrid? Hizo falta poco tiempo para demostrarlo. Primer partido saliendo desde el banquillo y dos goles al Alavés en pocos minutos. Inolvidable. El Bernabéu se rendía a un Ronaldo que, junto a Zidane, Figo y compañía podría marcar una época. Ganó una Liga pero luego todo fueron problemas y vivió el hundimiento del Madrid galáctico.

Pero nunca perdió el olfato de gol. Jamás. En su último año se topó con Capello y a mitad de la temporada acabó en aquel cementerio de elefantes llamado A.C. Milan. Fueron años de gloria madridista acompañados de bastantes fracasos pero se quedó con el cariño eterno de una grada que lo admiraba.

En Milán nunca volvió a ser aquel futbolista brutal y, nuevamente, una lesión le apartó del fútbol del máximo nivel. Volvió a Brasil y brilló, a su manera en el Corinthians. Allí dejó el fútbol del máximo nivel pero nos deja una increíble cantidad de goles legendarios y una sonrisa eterna que siempre estará pegada al verde de un campo de fútbol.

Durante sus últimos años le llamaban ‘El Gordo’ o ‘Gordito’. Pero nunca dejó de ser una bestia demoledora, un depredador del área brutal con un arranca y una potencia increíbles. Uno de los mejores delanteros de siempre en cualquiera de las dos versiones: la de antes de la lesión  y la posterior al Mundial de 2002. El auténtico Ronaldo.

De postre, algunos de los mejores momentos del mítico Ronaldo:

La imagen que acompaña a este texto es de Ludovic Péron ©

 

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