Los Thunder vuelven a respirar con Durant y Westbrook

El primer mes de la temporada ha sido un calvario para la afición de Oklahoma City. Los partes de lesiones se amontonaban y el equipo se metía en una dinámica de derrotas a la que no están acostumbrados por aquí.

Las malas noticias llegaron ya desde la pretemporada. Kevin Durant sufrió una fractura de Jones, una rotura del quinto metatarsiano del pie. Cirugía y dos meses de baja. Esto significaba que Russell Westbrook, y de manera secundaria Serge Ibaka, debían asumir la responsabilidad para que el equipo no se resintiera demasiado por la baja del MVP de la temporada pasada.

El base con el número 0 en su camiseta cogió todos los galones en el primer partido de la temporada, en Portland, pero sus 38 puntos no sirvieron para evitar una contundente derrota fraguada en un desastroso último cuarto. Estuvo demasiado solo. En el segundo, al día siguiente, 30 de octubre, en cancha de Los Angeles Clippers, fue mucho peor. Mediado el segundo cuarto, Westbrook se rompió un dedo de la mano y tuvo que dejar el partido. Sus compañeros dieron la cara, pero perdieron.

El escenario era horrible. Más jugadores exteriores estaban aquejados de problemas físicos, así que se avecinaba un noviembre negro. Los secundarios se iban recuperando, pero la falta de los dos hombres importantes hacía que las derrotas fueran llegando al casillero de los Thunder, incluida alguna que otra humillación. El potencial de Ibaka no terminaba de salir a relucir, así que su posición en el Oeste era cada vez más baja, hasta llegar a ser los últimos de la conferencia tras una derrota en casa ante Golden State Warriors.

Una balsámica victoria ante Utah vino seguida de la primera gran noticia para el equipo en toda la temporada: la vuelta de Westbrook, el 28 de noviembre. ¡Y qué vuelta! Aprovechando que los New York Knicks llegaban a Oklahoma City, y sin Carmelo Anthony, armó una escabechina bestial, histórica, haciendo 32 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes en 24 minutos de juego. Victoria muy cómoda.

Tres días de descanso y la noticia más esperada: Kevin Durant debutaría esta temporada ante New Orleans Pelicans, el 2 de diciembre. Por fin terminaba la espera, quién sabe si antes de tiempo. Los plazos se han visto ligeramente acortados.

Transcurridos 17 partidos de temporada, es curioso ver que todos los jugadores capaces de jugar dentro de la zona han estado en todos los partidos, pero ninguno de los que juegan en posiciones exteriores ha podido decir lo mismo. Muy mala suerte para el equipo de Scott Brooks.

En este momento trascendental de la temporada, los Thunder veían en su casillero cinco victorias y doce derrotas. Eso en la conferencia Este no supondría un problema, pero en el Oeste significa que hay que ganar aproximadamente dos tercios de los partidos que quedan para asegurar plaza en los play-offs. Si no sufren más lesiones de consideración, son capaces, pero deben ponerse a ganar ya.

El Smoothie King Center de New Orleans es el pabellón que ha recibido los primeros hechos de Durant en la temporada. Frío recibimiento, muchos huecos en las gradas para recibir a uno de los mejores jugadores que ha pisado una pista de baloncesto en el presente siglo. Aunque es cierto que su participación en el partido sólo se confirmó cinco o seis horas antes de la hora fijada para el choque. Comenzado el duelo, los huecos se rellenaron un poco, es  muy habitual que mucha gente llegue tarde a los partidos, pero no se pudo ver un lleno.

El inicio ha sido como si no se hubiera ido. Forzando faltas, clavando su primer triple intentado y sumando ocho puntos en los siete primeros minutos en pista. Al banquillo. No conviene forzar demasiado. Brooks decidió rotar mucho a sus titulares y entonces los Pelicans tomaron el mando del partido, aunque los suplentes les mantuvieron en desventajas pequeñas.

Durant volvió en el segundo cuarto y anotó nada más hacerlo. Su defensor, Luke Babbitt, no sabía muy bien cómo hacer frente a eso. Él es suplente, pero la lesión de Eric Gordon le ha aupado hasta ahí. Un buen rato antes del descanso cometió su cuarta falta personal y se tuvo que sentar otra vez. Los tiros libres estaban rescatando a los Thunder, pero el final de este segundo parcial fue un desastre, en parte por su ineficacia defensiva y en parte por repetidas pérdidas de balón. Y Anthony Davis, la superestrella local, se lo hacía pagar carísimo. Al descanso, 69-52, y el particular jugador unicejo con 21 puntos, nueve rebotes y tres robos de balón en 18 minutos. Masacre. Durant llevaba 12 puntos en 15 minutos, bien para el primer partido después de casi dos meses.

Al comienzo del tercer cuarto se vio al 35 de los Thunder como sintiéndose muy responsable, pero su arreón no dio demasiado resultado. El partido estaba muy cuesta arriba, pero los reservas lograron reducir distancias entre el final del tercer acto y el inicio del último. Sin embargo, y pese a los nuevos esfuerzos de Durant, su vuelta a las canchas se saldó con derrota por 11. Sus números, bastante buenos, fueron 27 puntos en 30 minutos. Los Pelicans venían de una mala racha, tres derrotas seguidas, pero son un equipo complicado en su cancha.

Es una gran noticia esta para la NBA. Su mejor jugador de la pasada temporada y un anotador incansable ha vuelto para reforzar a unos Thunder que no deberían abandonar  la elite de la liga si tienen a sus mejores hombres sanos. Esta derrota les puede haber enfadado un poco, pero las victorias tienen que llegar pronto. Ahora les llegan tres partidos fáciles, fundamental aprovecharlos para retomar la confianza. Los aficionados, viendo a Westbrook y Durant en pista, volvemos a sonreír.

Fotografía: Wikimedia Commons ©

bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.