Mal partido en general para un Madrid a medio gas que sacó la eliminatoria de Champions League frente a una Roma que se desfondó en el Olímpico para no conseguir nada. Lo mejor y lo más importante, por supuesto, fue la clara victoria. Los goles de Cristiano Ronaldo y Jesé fueron suficientes para encarrilar el pase a cuartos y convertir la vuelta en el Bernabéu en un mero trámite.
Y un Madrid que no carburaba del todo encontró en Cristiano la solución. El portugués se echó al equipo a la espalda, abrió la lata y fue un peligro constante para la defensa italiana. No estuvo, en cambio, bien acompañado por Benzema, James o Isco que no estuvieron a la altura de las circunstancias en el retorno de la Champions.
Se pareció en todo el Madrid a lo que había sido hasta ahora el equipo con Zidane lejos de su estadio. Imprecisión, pocas ocasiones y la sensación continua de que la Roma podía marcar en cualquier momento aunque apenas generó ocasiones de gol. Pero Salah, Dzeko y compañía llevaban aires de peligro rondando la meta de Navas con sólo hacer circular un par de veces el balón.
Pero marcó Cristiano tras un pase en profundidad de Marcelo, un gran recorte y algo de suerte. Ahí los de Spaletti se volvieron locos durante unos minutos pero, una vez más, el equipo de Zidane no supo rematar. Perdió el control del balón y la Roma pudo empatar rondando el área de Keylor con más presencia que peligro real.
No sabe controlar el Madrid los partidos fuera de casa y en eso tiene que trabajar mucho Zidane en las próximas semanas. También en las pérdidas absurdas de balón en las transiciones: Carvajal, Ramos, Varane, Modric, Kroos y Kovacic perdieron balones que podrían ser decisivos de caer en las botas de ciertos rivales.
Y es que quizás ese sea el mejor análisis que se puede hacer del partido del Madrid: la Roma no es un rival real y directo para medir el auténtico potencial de este equipo. Los italianos pusieron toda la carne en el asador y no fueron capaces de asustar lo más mínimo a un Madrid que estuvo vendido en distintas fases del encuentro.
Tendrá este equipo mayores desafíos en un futuro no muy lejano y la respuesta tiene que ser muy diferente. El Madrid de fuera de casa tiene que parecerse mucho más a ese equipo seguro que juega alegre sobre el césped del Bernabéu. En el Olímpico de Roma se detectó cierta inseguridad defensiva, con algunos fallos que ante rivales de primer nivel puede ser nefastos.
Lo más positivo de esta ida de los octavos de final para los de Zidane fue el paso adelante dado por Cristiano Ronaldo en un partido importante de esta Champions League. No sólo por el gol, también por actitud, ganas y fútbol.
Fotografía: Andy Nugent ©