Champions League en Murray Magazine: De Sergio a Sergi

El fútbol tiene estas cosas. Probablemente ningún cronista estaba pensando en líneas similares a estas a pocos minutos de que el árbitro pitara el final en el Camp Nou. Quizás, lo más parecido, fue aquello que se vivió hace ya demasiados años en un encuentro entre el Bayern Munich y el Manchester United que todo el mundo recordará. Y por eso, ya nunca se olvidará ese gol de Sergi Roberto.

Y sí, el Barça remontó. Lo hizo con algo de ayuda arbitral y, por encima de todo, un PSG que salió con un miedo atroz cuando tenía que haber jugado a lo que jugó hace unas semanas en el Parque de los Príncipes. Probablemente Emery tendría que poner su cargo a disposición del jeque porque está claro que han sido los franceses los que han tirado la eliminatoria de Champions League.

Algo falla cuando un equipo del nivel de los parisinos se deja remontar cuatro goles. Bueno, y marcando un gol que complicaba muchísimo más la eliminatoria para los futbolistas del Barcelona. Pero los de Luis Enrique no dejaron de creer en ningún momento y, llevados en volandas por sus aficionados, entre penaltis y un partidazo de Neymar, acabaron consiguiendo el milagro.

Los penaltis, muy discutidos, fueron decisivos para un resultado que, por lo escandaloso, no admite muchas dudas. Ni siquiera polémicas. Está claro que se escribirá mucho sobre un arbitraje que, nuevamente, es sospechosamente ventajoso para el Barça en Europa, pero estos tíos han remontado cuatro goles y eso hace que, al menos durante unos días, algunos opinalotodos bajen un poco el tono.

También estará en el bombo el Real Madrid. Era lo esperado, pero, visto lo visto en el primer tiempo de la vuelta contra el Nápoles, pudo pasar cualquier cosa. Y es que, hasta que Sergio Ramos empató el partido, los de Zidane jugaron el peor partido que se les recuerda.

El Madrid fue un equipo sin ideas, sin brillo, sin conexión con los tres de arriba y sin ganas de jugar al fútbol. En frente tenía a un equipo con ganas de comerse el mundo, espoleado por una magnífica afición y con futbolistas que mordían. Y mordieron. Pronto se ponían las cosas de cara y encerraron a los blancos en su campo, mostrándose incapaces de reaccionar de forma alguna.

Kroos y Modric estuvieron perdidos y Casemiro tuvo uno de sus días malos. La defensa hacía aguas, Keylor sembraba dudas y solo Carvajal mantenía su nivel. Marcelo, por ejemplo, no aprovechó en ningún momento el carril que tenía en su banda y se dedicó a observar lo que sucedía. Y los tres de arriba pues bueno… a lo suyo.

Y nuevamente apareció él. Sergio Ramos volvió a erigirse en el héroe madridista con dos goles que destrozaron todas las esperanzas napolitanas. A partir de ahí, con el rival completamente hundido, el Madrid recuperó el fútbol y controló el partido para acabar rematando el encuentro con un tercer tanto, obra de Álvaro Morata.

Y a los dos españoles les acompañarán en el sorteo de cuartos de final de la Champions League los dos equipos alemanes. Uno estaba claro: el Bayern volvió a destrozar al Arsenal y dejó sin argumentos a un Wenger al que quizás ya se le haya acabado el chollo. Y en el otro encuentro, se cumplió el pronóstico, remontó el Borussia y dejó noqueado a un Benfica que apenas inquietó a su rival.

bluebird Comunicación
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