Champions League en Murray Magazine: El fútbol y las sensaciones

Si los resultados del deporte rey se midieran en sensaciones, los resultados de los partidos de ida de octavos de final de Champions League para Real Madrid y Barcelona habrían sido más escandalosos si cabe. Desde el principio, ambos equipos dejaron claro cuál iba a ser su papel a lo largo de sus encuentros frente a Nápoles y PSG y así se reflejó en los resultados finales.

Lo que está claro es que, según lo visto sobre el Parque de los Príncipes y el Santiago Bernabéu, ambos marcadores se antojan cortos. Está claro que el PSG pudo lograr un resultado mucho más escandaloso y el Madrid sale de este primer enfrentamiento con la sensación de que podría haber goleado y sentenciado del todo su eliminatoria ya en este primer compromiso de las eliminatorias que marcan a la final de Cardiff.

La primera parada de este análisis la haremos en París. Llegaba el Barcelona a la cita sin hacer buen fútbol pero sin generar muchas dudas. El tridente funcionaba y el equipo recuperaba a Busquets e Iniesta. Todo parecía indicar que se podría sacar algo positivo del encuentro ante el PSG. Pero el planteamiento de Emery, por un lado, y la desidia de los blaugranas, por otro, acabó por torcer las cosas.

Comandados por unos inmensos Rabiot y Verratti, con un Di María como en sus tiempos en el Madrid y un Cavani inmenso que estaba en todas partes, los franceses comenzaron a destrozar poco a poco al conjunto de Luis Enrique. El lazo iba anudándose poco a poco al cuello de los culés y ya, con un soberbio segundo tiempo, la escuadra parisina acabó ahogando a su rival.

Quedan, por encima de todo, muchas dudas de lo ocurrido. Especialmente de la desgana y apatía mostrado por los futbolistas del Barcelona. Se empieza a hablar de que la plantilla no quiere ni ver a Luis Enrique. Quizás eso explique muchas cosas de lo sucedido sobre el césped del Parque de los Príncipes ya que la derrota del Barça no se explica únicamente por el mal juego: el pasotismo de los futbolistas fue clave en el resultado final.

Y luego está André Gomes. Ahora, con el paso de los meses, muchos en el eterno rival se alegraran de que el cuadro catalán quitara al futbolista al Real Madrid. Incomprensible su titularidad ya que no aporta nada ni a Busquets, ni a Iniesta ni a los futbolistas de ataque. Además, en el césped del estadio del PSG solo se presentaron un fantástico Stegen y Neymar. A Messi y Luis Suárez se les sigue buscando en los aledaños de la Torre Eiffel.

Saltamos ahora al Santiago Bernabéu. Fantástico partido del Real Madrid que se vio enturbiado por ese error de Keylor Navas que propició que los napolitanos se adelantaran en el marcador al poco de iniciar el encuentro gracias a un gol fuera del área obra de Insigne.

Y eso que el Madrid había salido con el acelerador apretado y ya en la primera jugada pudo batir a Pepe Reina. Pero tras el gol del Nápoles, los blancos se pusieron a remar y no alteraron el guion en absoluto. Modric y Kroos se pusieron a coser fútbol, James y Cristiano se pusieron el mono de trabajo y Benzema, al fin, destapó el tarro de las esencias. Después, un centro sublime de Carvajal fue empujado por el francés al fondo de las mallas y hacía que la afición blanca respirase un poco con el empate.

Después llegó un torrente de ocasiones pero no fue hasta el segundo tiempo cuando Kroos remataba una buena jugada del Madrid. Minutos después fue Casemiro el encargado de marcar uno de los goles de la competición desde fuera del área. Seguirían las ocasiones, con alguna aislada aunque clara del Nápoles, pero el marcador no se movería hasta el final.

Los de Zidane se quedan con buena cara por la victoria, la remontada y las buenas sensaciones pero quizás, con total probabilidad, queda una espina clavada por no hacer, al menos, un par de goles para asegurar su pase a la siguiente ronda de la Champions League.

En su compromiso de octavos, el Benfica se impuso al Borussia Dortmund en un partido que estuvo marcado por el fallo de Aubameyang desde el punto de penalti. Los alemanes no estuvieron para nada finos, tal y como vienen haciéndolo en la Bundesliga en las últimas semanas, y los portugueses no dejaron pasar la ocasión para salir del primer compromiso con ventaja. Pese a todo así, la eliminatoria está muy abierta.

Todo lo contrario le sucede a la otra eliminatoria: el Bayern cerró todas las opciones del Arsenal de un portazo con una goleada que destroza las expectativas de los gunners. Ancelotti sigue demostrando su idilio con la competición mientras que el resultado deja a Wenger más si cabe en la picota. Parece claro que las horas del técnico alsaciano están contadas al frente del cuadro londinense.

bluebird Comunicación
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