Tres de los cuatro equipos españoles certificaron en esta quinta jornada de la fase de grupos de la Champions League su pase a la siguiente ronda de octavos de final. Real Madrid, Atlético y Barcelona sellaron sus citas con victorias mientras que el Sevilla sufrió los clásicos rigores arbitrales destinados a consentir que un grande como la Juventus no tenga problemas para estar en el bombo dentro de unas semanas.
Llegaba el Madrid a Lisboa con algo de presión para no permitir que el Dortmund asegurara esta semana la primera fase de grupo. Aún no saben los de Zidane que es lo que prefieren para el sorteo, si ser primeros o segundos. Pero la verdad es que el actual campeón de Europa no debe pensar demasiado en eso y sí en ser siempre primero de casi cualquier cosa en la Champions League.
No fue el equipo el mismo del Vicente Calderón. Quizás ni siquiera tenía que serlo. Pero una vez más el Madrid adoleció de la capacidad de rematar el partido cuando tenía que hacerlo. Y casi lo paga caro. Se adelantaron los blancos con un gol del cazagoles Varane dentro del área pequeña. Y ese tanto podría haber sido suficiente de haber controlado el encuentro. Pero Coentrao no estaba para nada de acuerdo y un penalti estúpido puso el penalti en el marcador.
El Sporting se vio con fuerzas pese a estar con uno menos en el marcador con una expulsión absurda y rondaban continuamente la portería de Keylor Navas. Sin embargo, apareció un inesperado Benzema para robarle el protagonismo del hijo pródigo Cristiano Ronaldo y con un gran remate de cabeza llevó la tranquilidad a la expedición blanca y la primera plaza del grupo se jugará en la última jornada de esta primera fase.
Nos vamos a Sevilla, lugar en el que se las prometían muy felices al inicio del encuentro tras el tanto de Nico Pareja al poco de empezar el encuentro. Pero la Champions League tiene unos códigos de respeto hacia los equipos históricos. Esto lo entienden así árbitros como Mark Clattenburg y con un arbitraje nefasto condicionó el resultado para los de Sampaoli.
El descaro empezó con la rigurosa expulsión de Franco Vázquez en el minuto 36 por una doble tarjeta amarilla. El Mudo estaba siendo el mejor de los locales en ese primer periodo y sus compañeros iban a notar su ausencia el resto del encuentro. Esto lo completó el árbitro señalando un penalti de esos que casi nunca se pitan ya en el tiempo de descuento de los primeros 45 minutos.
Aun así el Sevilla aguantó casi hasta el final el empate con uno menos. Para entonces Sampaoli ya había sido expulsado por Clattenburg y a seis minutos del final del tiempo reglamentario fue Bonnucci el encargado de culminar la remontada y helar a la afición hispalense. Ya en el descuento Mandzukic se encargaba de dar la puntilla a un equipo que se las prometía felices y se lo jugará todo frente al Lyon en la última jornada de la fase de grupos.
Atlético y Barcelona cumplen con los pronósticos
Messi volvió a ser el factor diferencial de un Barcelona que se agarra al argentino cuando arrecian dudas en esta temporada. En esta ocasión el marco era de lujo, un Celtic Park volcado con los suyos y preparado para que el 10 blaugrana se luciera como en las mejores noches. Y lo hizo: estaba en todas partes.
Todo el juego pasó por sus botas y los escoceses eran incapaces de contrarrestar los arranques de Messi. A lo largo del encuentro fue encontrándose también con Neymar y cada vez el daño era mayor a la defensa local. Las dudas sembradas tras el encuentro contra el Málaga y la afición blaugrana pudo disfrutar de los suyos en ataque. No tanto en defensa ya que los errores volvieron a condicionar el juego atrás de los de Luis Enrique y la salida de valor.
Para destacar también el partido de desgaste de Luis Suárez, fajándose con la defensa rival en todo momento para dejar lucirse a Messi por encima de todo y a Neymar a ratos. No está bien el uruguayo de cara al gol, que es su principal misión, pero su lucha, su entrega y su ayuda al resto del equipo es más que necesaria para que funcione correctamente lo que Luis Enrique planta en el césped.
Victoria balsámica para un Atlético de Madrid que salió del derbi frente al Madrid tocado y con demasiadas dudas. Tres puntos, buen partido ante el PSV y clasificación para los octavos de final. Lo que necesitaba un equipo que esta temporada no termina de encontrar lo que un día fue. Y lo hizo, precisamente, con la vuelta del doble pivote al centro del campo: Gabi y Tiago dieron la consistencia que los de Simeone han añorado en otras ocasiones de la temporada.
También fue buena noticia para los colchoneros que Gameiro y Griezmann se reencontrarán con el gol. Otro partido sin anotar habría sembrado demasiadas dudas en el ataque de los de Simeone, más teniendo en cuenta lo sucedido el pasado sábado con Torres en el derbi. Necesita mucha más efectividad de cara gol este equipo para tapar otras carencias que quizás tarden algunas fechas en solventarse.
El triunfo ante los holandeses refuerza moralmente a un equipo que tiene muchas dudas en Liga pero que en esta edición de la Liga de Campeones cuenta sus partidos por victorias. A esa versión europea deben agarrarse tanto Simeone como los jugadores y la afición para mirar con optimismo al futuro cercano.