Después de disfrutar de un espectáculo de dimensiones épicas como fue la goleada de Alemania a Brasil con un ejercicio de fútbol total, Holanda y Argentina nos regalaron unos peores partidos de la historia de los Mundiales. Incluso de la historia del fútbol en general. Terrible.
Pasó Argentina tras la tanda de penaltis al igual que pudo pasar Holanda. Pero ninguno mereció quizás estar en la final. Al menos ninguno luchó por ello. El miedo fue el mejor jugador de un partido en el que sólo destacó un Mascherano que es otra cosa en el centro del campo.
Se creció Romero. Se hizo inmenso. Recordó a aquel mítico Sergio Goycochea en Italia’90 que metió a Argentina en una final en la que Alemania ganó su tercera estrella. Muchas coincidencias con aquel aburrido Mundial. Pero esta selección germana es otra cosa. Y probablemente el domingo lo veamos.
Los 120 minutos anteriores nos dejaron las peores sensaciones vistas en esta Copa del Mundo sobre el terreno de juego. Dos equipos miedosos, asustados y sin ideas. Un Robben que se peleó con todos por conseguir algo. Y un Messi que recordó a su versión del Barcelona durante esta temporada. En los últimos 75 minutos de juego, tocó tres balones y sólo uno con cierto peligro.
Echó Argentina de menos a Di María. Su todocampista era el único con ideas de llevar la pelota hacia el área contraria mediante conducciones vertiginosas. Porque de fútbol en ese centro del campo anda escasos. Así que sin el madridista los balones pasaban sin la más mínima idea de que hacer con ellos. No le gusta mucho a Argentina esto de jugar al balón.
Se despidió una Holanda rácana que destrozó a España en el primer partido y ya nunca más se supo de ella. Incluso eliminó en la tanda de penaltis a una Costa Rica espectacular que quizás mereció más que nadie estar en estas semifinales.
Llega ahora una final mítica de la historia de los mundiales de fútbol. Un Alemania-Argentina apto para todos los públicos. Y todo a favor de los alemanes de anotarse su cuarta estrella y plasmarla en su camiseta. Porque esta Argentina dice casi menos que Brasil. Y eso ya es decir.
La única opción de los argentinos pasa por Di María. Sin él, las posibilidades de este equipo rácano de conseguir la Copa del Mundo son casi inexistentes. A poco que Alemania enganche del medio campo hacia delante, destrozarán a los argentinos.
Cuentan que en Argentina juega uno de los mejores jugadores del mundo. El problema es que está lesionado y es duda para jugar la final. Alemania favoritísima. Argentina injusta finalista en Brasil 2014. Y en esta ocasión no tienen a Maradona.