«El Barça es la esencia de España»

«Pertenezco a un país pequeño que estamos ahí arriba llamado Catalunya». La frase de Guardiola después de un encuentro contra el Osasuna como entrenador del Barça. Catalunya como país, España como rival. La eterna rivalidad acentuada en los últimos meses con el fútbol de por medio como instrumento manipulador. Una úlcera tan profunda que el sentimiento de furia, coraje y bravura español tuvo que dar paso a la excelencia, el toque, la perfección sublimada del juego de posición de La Masía para que la Roja como la denominó Luis Aragonés, alcanzase el cénit futbolístico mundial en los más de cien años que el fútbol tiene de vida.

«En Madrid carcome por dentro y cuesta de admitir públicamente que gracias a la bandera de juego del Barça, la selección haya conseguido su excelencia» señala Marcos López, redactor de deportes de El Periódico de Catalunya y comentarista en Carrusel Deportivo. Marcos añade que esta es la verdadera contradicción que vive el país. «No se puede estar en contra de Puyol o Iniesta, por el hecho de decir que son catalanes cuando ambos han conseguido dos de los goles más importantes de la historia de la Selección». De la mano de un rojiblanco hasta la médula como Luis Aragonés se inició todo el camino que después un madridista como Del Bosque lo sublimó añadiendo la grandeza que el Barça había adquirido. «Son todos jugadores del Barça los que marcan en el Mundial, son la gran mayoría de jugadores azulgranas los titulares y el Barça es la esencia fundamental del juego de España», reitera Marcos López.

Ramón Besa, jefe de deportes de El País en Barcelona señala que el Barça no puede perder su carta de naturaleza y eso significa seguir representando la catalanidad. «No puede ser ajeno a los cambios políticos que hay, porque es un club social y no una sociedad anónima. El Barça es un paradigma de muchas cosas en Catalunya». Besa se cree la liturgia del més que un club y afirma que «el club está más cercano al derecho a decidir que a la independencia porque nadie se rasgaría las vestiduras».

Para el jefe de deportes de El País en Barcelona, el pensamiento que se tiene desde Madrid sobre el Barça es que «siempre se utiliza la carga política para justificar el tema deportivo para bien o para mal y esto es muy discutible». Besa señala que el Madrid también lo hizo con la dictadura. «El Madrid se dejó utilizar y utilizó el régimen para darse a conocer. España se dio a conocer por el Madrid. Hasta las Copas de Europa con Di Stéfano, no se tiene constancia de lo que ocurre en este país y Franco utiliza al Madrid como propaganda política«. El megáfono desde la capital siempre ha servido para agrandar la leyenda de equipo blanco y empequeñecer la del Barça. Ramón Besa y Marcos López coinciden en que el curso cambia cuando aparece Cruyff en el Barça. Para Marcos, el holandés es quien hace grande al Barça como equipo que hasta entonces no lo era, mientras que Besa lo define como «antes de Cruyff el Barça solo tenía relato y con el consigue tener su propia marca». El relato más marca que crea el Barça hace que desde la capital se bombardee con el continuo victimismo demostrado los últimos años.

La mano negra que defiende Bartomeu sobre los últimos casos judiciales y los temas tan convulsos en los que vive el Barça es una vuelta al victimismo como defiende ambos periodistas. «Es volver a los tiempos del victimismo, cuando este club solo tenía relato» confiesa Besa que defiende la independencia del juez sea cual sea su simpatía futbolística o política. Marcos López no tiene duda que «esto es lo más fácil de todo. Caer en lo fácil, superficial, sencillo hace que no soluciones tus verdaderos problemas». Besa expone que lo peor que ha hecho el Barça en este ámbito es desafiar al Madrid en lo único donde va a perder, el tema económico. «Tomar por mentiroso a Florentino Pérez diciendo que tu habías pagado la mitad por Neymar es caer en la boca del lobo. Esta trampa denota la pérdida de influencia del Barça con las instituciones del poder».

Las manifestaciones políticas del Barça defendiendo la vía catalana, llevando la senyera como segunda camiseta, para Besa no es la muestra de que el Barça sea el actor de esta causa. «Es el cómplice cada acción». ¿Qué ocurriría si el Barça se negara ante una acción de la Asamblea Nacional Catalana sobre la Diada?, se pregunta Ramón Besa. «La sociedad civil catalana es muy compleja y en los matices vienen los problemas, pero hay que aprender a convivir con ellos». Besa se sorprende que “a mí me preguntan más fuera de Catalunya si soy independentista o no. Yo utilizo más el castellano que el catalán en el día a día. Catalunya tiene una riqueza que en otros lugares no existe. Al final interesa cualquier acción del Barça para atacar cuando no es el delantero centro de nada, solo un partícipe más de toda la sociedad” afirma con contundencia el jefe de deportes de El País en Barcelona.

Para Besa la grandeza del Barça y que centra todo el debate político, social y futbolístico de este país es el balón de oro con Messi, Iniesta y Xavi. «Es todo lo que refleja la grandeza y miseria del país, porque aglutinas al símbolo del catalanismo (Xavi), el español (Iniesta) y el mundial (Messi), los tres unidos por un balón. Sin embargo cada sociedad y cultura quiere que lo gane uno. ¿Qué hace el Barça? Partirse, es igual que ante el tema político, ¿es culpa del Barça por cómo se posicione? Nos dividimos por el cainismo de este país».

A pesar de toda la división que se quiere mostrar del Barça, Marcos López y Ramón Besa tienen muy claro que el Barça ha cumplido una función de integración fundamental en la sociedad catalana. «Las primeras décadas del siglo XX todo el mundo que llegaba a Barcelona, con el hecho de ser del Barça significaba acoplarte rápidamente a nivel social». El periodista de El Periódico de Catalunya, Marcos López manifiesta que el Barça siempre ha sido el vehículo para todo. «Gaudí es un símbolo como el Barça es otro. Son sentimientos y eso es lo que ocurre en la sociedad catalana». Besa admite, «el Barça de Samitier, el de Kubala y las cinco copas inspiraba a los movimientos artísticos» y añade «al Barça lo fundó un suizo y con el paso de los años se fue integrando en la sociedad catalana y se creó su espacio».

Los presidentes del Barça que siempre han pertenecido y pertenecen a un poder económico importante y algunos más cercanos a la derecha española nunca han impuesto su ideología por encima del club. Besa afirma que «sería una temeridad». Además, el periodista de El País manifiesta que «se confunden las cosas porque hay gente del PP que es catalana. Al final, se respeta la carta de naturaleza del Barça porque es un club catalán, porque forma el contexto de Catalunya que convive con unos matices muy complejos». Además Besa añade que «no todos los presidentes del Barça han sido independentistas. La misma masa social del Barça cambia de Núñez a Laporta y luego a Rosell».

Uno de los problemas del Barça es que no a todos los que se sienten del club les gusta el fútbol. Ramón Besa señala que «en cada familia hay muchos rasgos diferentes. Unos critican más al equipo, otros ni pensarlo. El Barça acoge todo tipo de sensibilidades y se aglutina un discurso muy complejo. Hay gente que es por sentimiento pero no conoce a los jugadores». Además, el periodista de El País cuenta la anécdota del fichaje de Neymar donde directivos del Bayern les dicen a los azulgranas si se han vuelto locos enseñando públicamente un contrato. «Ningún club de fútbol enseña el contrato de un futbolista, ni el Madrid. Eso solo ocurre en el Barça y eso no significa ser independentistas, separatistas. Solo es ser culé y la presión catalana ejerce un poder muy importante», afirma con contundencia Besa.

¿Por qué un catalán no puede ser presidente del gobierno? Una pregunta que desde la España central tendría la respuesta de la negación total. La locomotora que ejerce Catalunya y el Barça en el conjunto del país y la simbología de una sociedad muy compleja y con el sentimiento de catalanidad tan presente produce una herida muy profunda en una parte del país cuyo cainismo denota odio y el enorme dolor de no aceptar que el máximo rival te supera, alcanza la excelencia mundial y el cénit desde el terreno de juego, a través del balón donde ni el separatismo ni la independencia tiene poder alguno como se quiere mostrar desde el altavoz mediático de la derecha nacional.

Fotografía: Andrea Buratti ©

bluebird Comunicación
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