‘Westworld’ no debería preocuparse por ser la nueva ‘Juego de tronos’

Por mucho que tildemos las comparaciones como odiosas, la realidad es que disfrutamos con ellas. Cualquier elemento o producto remotamente mediático es vulnerable a ser comparado con sus similares. En el caso de ‘Westworld‘, cuyo gran pecado es ser pregonada como la nueva ‘Juego de tronos’, la serie que tomará el testigo del fenómeno televisivo mas potente de los últimos años. Una responsabilidad enorme tomando en consideración lo que genera en aspectos  comerciales y de opinión pública el universo creado por George R. R. Martin.

Es imposible que un gigante como HBO ignore —y no lo hace— el hecho de que su gallina de los huevos de oro esté por concretar su anticipado final. No es un escenario inédito para la cadena, ya ha pasado varias veces por esa crisis posfenómeno de masas y no le fue del todo mal. Primero con ‘Los Soprano’, ficción que arrancó toda una “nueva edad de oro de la televisión», convirtiendo a HBO en una fuerza importante. Su relevo mediático, después de varias series que terminaron fallando, lo tomó ‘True Blood’, muy distinta en matices a la creación de David Chase.

La interrogante que se hace a sí misma la cadena americana es si podrá alguna vez emular el perfil de una serie que domina el boca a boca, las redes sociales y que, entre temporadas y capítulos, alimenta el monstruo del hype como pocos productos de la actualidad.

‘Westworld’ no es ni pretende ser ‘Juego de tronos’. No lo necesita, ni en ejecución ni en propuesta. Su rico universo narrativo quizá sea lo más cercano a la serie de David Benioff y D. B. Weiss, pero ese paralelismo es más sustancial que un intento de imitar el éxito del contrario. Sólo hace falta darle un visionado a la película de 1974, escrita y dirigida por Michael Crichton, para hacernos una idea de la fuente que provee al argumento. Sin ser un retrato fiel de aquel incomprendido filme del autor que nos trajo ‘Parque Jurásico’, la serie da por hecho que las complejidades que pretende explorar deben ser abordadas con sutileza y atrevimiento, sin ser esto una contradicción.

Westworld

Nada más arrancar el opening —que, por cierto, constituye un agregado realmente brillante— somos testigos de lo que se nos viene: Inteligencia artificial, existencialismo, bucles temporales, y para consolidar semejante verbena argumental, la mente maestra de Jonathan Nolan detrás de todo el engranaje. No podemos obviar que estamos frente a un tipo ya acostumbrado a lidiar con este compendio de historias, lo dice su currículum: desde ser responsable directo de joyas cinematográficas como ‘Memento’ (dirigida por su hermano) hasta su anterior pasantía por la televisión con la infravalorada ‘Person Of Interest’ (2011). Junto a él, su esposa Lisa Joy, también con experiencia televisiva. ¿La peculiaridad? Produce Bad Robot, la compañía de J. J. Abrams, así que de semejante reunión debería, en teoría, salir algo bueno.

Si bien es prematuro hablar de que la misión está cumplida por parte de la serie, no se puede objetar con el interés que despierta la producción en diferentes públicos, gracias a los tópicos que explota. Sólo el tiempo dirá si ‘Westworld’ logra conseguir el fandom exagerado de ‘Juego de tronos’,  pero considero que la historia desprende la calidad necesaria para ir a por su propia identidad.

bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.