Existen muchos tipos diferentes de mujeres, al igual que existen muchos tipos diferentes de hombres, pero no existe ninguna mujer como Raquel Martos.
Raquel Martos ha nacido con el don de la risa y con la sensación de que el mundo está loco, como el ‘Scaramouche’ de Sabatini. Y eso se puede apreciar en su última novela, ‘No pasa nada y si pasa, se le saluda’ publicada por la editorial Espasa.
Con ella uno podría pasar la vida entera, enredado entre el cobre de sus rizos y el blanco de sus sonrisas. Sin echar en falta nada de nada. Porque al lado de Raquel se le pasan a uno las horas volando y cuando te quieres dar cuenta, te descubres a ti mismo imaginando como sería una eternidad a su lado. Hay quien dice que la felicidad se peina igual que Raquel Martos.
Raquel, ¿cómo surge la idea de escribir ‘No pasa nada y si pasa, se le saluda’?
Después de mi trayectoria en radio, como guionista en televisión con Pablo Motos y en ‘El club de la comedia’, una editorial me propuso escribir mi primera novela, ‘Los besos no se gastan’… En fin, que yo llevo toda mi vida escribiendo, desde que era una niña, y un día surgió la oportunidad de escribir esta novela de humor. Tengo muy claro que yo no voy a dejar de escribir suceda lo que suceda.
Bueno, novela de humor, lo que se dice novela de humor…
Es que no lo es, de alguna manera el humor sí que está en mi manera de contar las cosas pero no es una novela de humor.
A mí me parece que lo que te ocurre es que escribes igual que tú eres…
Bueno, la novela es un episodio en la vida de una mujer, un episodio bastante tremendo, como por desgracia nos está tocando vivir a muchos, y la forma en la cual la protagonista decide afrontar el problema. O bien se lo toma con humor, o bien se hunde. Carla, la protagonista, es una mujer un tanto dramática, pero en ese dramatismo tan suyo va implícita una fuerte carga de humor. Ella no busca el humor, pero es que ella misma resulta, a veces, cómica.
¿Carla es real? ¿Carla eres tú?
Las situaciones que vive Carla son reales, son algo que nos ha ocurrido a todos, tanto en el plano sentimental como en el plano laboral. Creo que todos hemos pasado por algo similar y más en la situación que estamos viviendo laboralmente en este momento actual. Carla somos todos, pero tengo que decirte que no es autobiográfica. Carla y yo tenemos cosas en común, muchas, pero Carla no soy yo. Carla es muchas personas que conozco, pero no soy sólo yo.
¿Influye en hecho de ser guionista a la hora de escribir?
Yo sí lo noto. Adquieres un oficio de escribir, una manera particular de contar las cosas, de eliminar lo accesorio… No sé, el ritmo es distinto. Creo que, al final, es algo que llevas en el ADN.
¿Cómo ves el mundo editorial?
Lo veo un poco anclado en el pasado, resistiéndose a los cambios y en un momento difícil. En España se lee poco, cada vez dedicamos más tiempo a las redes sociales y menos a la lectura, tampoco es que antes fuéramos unos lectores empedernidos. (Risas). La piratería también influye y además el modelo de negocio está cambiando. El mundo cambia, está cambiando, y las editoriales tienen que cambiar y adaptarse.
¿Qué ha significado Twitter para ti?
Un mundo.
Oye… ¿Tú eres una twitstar?
No, yo creo que no. Yo considero un twitstar a una persona que era desconocida y consigue abrirse camino gracias a las redes sociales, lo cual no era mi caso, yo ya era “conocida” por salir en ‘El Hormiguero’. A mí lo de los twitstars me parece algo milagroso y mágico. Ahora bien, a mí Twitter me ha permitido mostrar a una Raquel más de verdad, más parecida a lo que yo soy en realidad, muestro mucho más de mí. Para mi Twitter es un enganche a la actualidad y una forma de haber podido conocer a gente muy afín a mí que de otra forma no hubiera podido conocer. Twitter me ha dado mucho, mucho, tanto profesionalmente como personalmente.
¿Radio o televisión?
El amor de mi vida es la radio, sin duda, porque yo he comenzado en la radio y siempre quise estar en la radio, peleé y me dejé la piel por estar en la radio. La televisión apareció de una manera casual y aprendí a enamorarme de la televisión y a conocer el medio y a contar las cosas en imágenes. Es como encontrarse un amante que una no espera y le enseñan cosas maravillosas. (Risas).
¿Tú ya tenías una vena ácida o trabajar con Pablo Motos ha influido?
Yo tenía una vena, todos mis jefes en la radio me decían que lo mío era el humor, y yo no lo entendía, pero el humor estaba en mi manera de contar las cosas y cuando intento ser seria me sale de una forma natural la ironía. Con Pablo he aprendido —con Pablo y con todo su equipo— el oficio, he aprendido a escribir humor y a ser consciente de ello, que hay una manera de hacer humor, que hay palabras más graciosas que otras… He aprendido la técnica.
Raquel, ¿vamos a salir del berenjenal en el que está metida España? ¿Con humor?
Salir no sé… Ni todo va a ser como era, ni va a ser el final perfecto. A mí no me gustan los finales perfectos. Yo creo mucho en el camino, la lucha ha de ser todos los días, la lucha es diaria y ahí el humor ha de ser fundamental. El humor te salva, yo me he sorprendido, muchas veces, riéndome de cosas verdaderamente dramáticas de mi vida y me he reído. El humor es fundamental. Para todo. Sin humor no entiendo la vida.
¿Con humor también podemos superar los “recortes”?
Con el humor se pueden hacer muchas cosas. El compromiso, que es algo fundamental ahora mismo, se puede expresar de muchas maneras y hacer crítica y sátira de la realidad con humor es una de ellas. Y estás luchando igual y empatizando con todos aquellos que lo están pasando mal. Toca comprometerse, toca comprometerse siempre. El compromiso no se puede parar nunca. Compromiso con teatro, con cine, con música, con periodismo. Compromiso con todo.
¿Crees que ahora tenemos menos libertad que hace unos años?
Aunque se tratan de controlar muchas cosas, veo que en las redes sociales existe una gran libertad y una capacidad para contar lo que no se quiere contar en otros sitios que antes no existía. Tendrían que cerrar tantas puertas para que no tuviéramos libertad… Todavía nos quedan muchas armas para luchar.
¿Qué nos ha pasado en estos años? ¿Ha desaparecido la clase media?
Yo creo que es en el mundo general, no sólo en este país. Existe una tendencia a borrar y a eliminar a esa clase media, a establecer un abismo entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada. Ahora nos asustamos porque aún somos clase media, pero antes no nos asustábamos cuando veíamos morir a la gente de hambre en África.
¿Y no te parece absurdo que viviendo en una democracia sigamos votando a aquellos que nos recortan derechos y libertades?
Aún tenemos una historia en democracia muy corta. Ha llegado una crisis económica y un cambio generacional. Nos encontramos en un momento muy concreto, un momento de cambio. Hay que mirar hacia el futuro. Hemos tenido unas elecciones europeas con ciertos cambios y hemos descubierto que existen otras alternativas, no una, muchas. Y eso me parece bastante sano, ya lo veremos.
¿Cuál es el principal problema que tenemos los españoles?
Nuestra tendencia a no hacer autocrítica jamás es uno de ellos, otro serían determinados políticos, y el mayor sería la gran corrupción que afecta a todos los niveles de la sociedad. Diaria y pequeña en la que todos participamos. Somos así desde ‘El Lazarillo de Tormes’, es algo que llevamos dentro. (Sonrisa). Nos parece muy normal el chanchulleo.
¿Te estás dando cuenta de que te estoy preguntando de todo menos por tu libro?
Desde hace un rato. (Risas).
Retomando el tema del libro, ¿estás preparando nueva novela?
Sí, estoy escribiendo una nueva novela. Ya estoy preparada para escribir otra vez.
Leyendo ‘No pasa nada y si pasa, se le saluda’ echas en falta saber más de Carla…
Es que creo que la novela es un episodio en la vida de Carla, y podría haber muchos episodios más en su vida. De hecho, alguna guionista me ha dicho que es una serie. (Risas). Pues puede ser, tampoco me planteo nada. Te adelanto que en la siguiente novela voy por otros caminos, más profundos y más amplios. Y me gusta. Carla nació como un blog y mira… (Sonrisa). Escribir es una aventura.
¿Me dejas casarme contigo?
(Carcajadas). Me parece que me gusto mucho más como persona sin pareja, pero si quieres nos ponemos a ello, que hueles muy bien.