Sin sustancia, pero con sentido: ‘Sinsajo. Parte I’

Pasa poco, y lo poco que pasa te lo dejan muy a medias. La moda de partir trilogías o finales de saga en dos para dar cabida a un mayor número de contenido (y de taquilla, para qué nos vamos a engañar) a veces pasa factura. Un poco. Esto es lo que ha pasado con ‘Sinsajo. Parte I’, donde todo está a punto de ocurrir, pero no sucede nada.

La película es entretenida y está bastante bien. Pero su único y más sincero fin es dejar todo lo importante para la segunda parte. La fotografía es menos densa y estrecha que en ediciones anteriores y, sin embargo, no hace que pierda ni un ápice de interés e intensidad. Lo que sí que es cierto es que una vez te acostumbras a ese sello de cámaras muy en movimiento, planos difusos y cerrados, que aportan un halo de personalidad distinto y enfático para el valor de la historia, perderlos se hace extraño, aunque resulta más fácil de ver. Tal vez para la última lo recuperen dado que habrá mucha acción. Y se agradecería.

Otra moda de estas superproducciones es la contratación de grandes actores. En este caso, la gran Jennifer Lawrence, el tristemente desaparecido Philip Seymour Hoffman, o la oscarizada Julianne Moore por ‘Siempre Alice’, son tres grandes estandartes para dirigir la marca.

Esta historia, aunque sea un relato para jóvenes, es de las mejores que se han hecho hasta la fecha en este ámbito. Desde un prisma de conjunto diría que es la mejor de todas por el argumento y el hilo de la misma. Todo lo hace con mucha coherencia, con un trasfondo importante y un mensaje muy noble, con el honor como forma y base para contarlo.

A más de uno se le hará más pesada de la cuenta precisamente por eso, porque en esta ocasión se centran mucho en la esencia dejando atrás las formas a las que nos tenían acostumbrados. Es decir, gana el argumento, el guión y las intenciones de lo que se plasma frente a saber venderlo para ese público al que ya han captado, por lo que, si la está viendo, es que más o menos va a resultarle más que de buen agrado.

En definitiva, no se puede esperar mucho como resumen de esta primera parte. Sin embargo, esto hace que para la segunda las expectativas sean muy altas. Va a ser laborioso y complejo por la falta de Philip Seymour Hoffman, pero están sabiendo sustituir las intervenciones que quedaban con gracia, aunque no puedan sustituir nunca a un actor de Oscar y de semejante talla. Queda menos para el desenlace, pero las ganas de los verdaderos fans no paran de aumentar con el suspense que han dejado con esta cinta.

bluebird Comunicación
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