‘Money Monster’: Por ahora no, Jodie

Aquella profundidad interpretativa —ese intenso carácter del que hizo gala Jodie Foster a lo largo de su nutrida trayectoria como actriz— es una característica bien llevadas por quien ganó el premio de la Academia en 1991 por la excepcional ‘El Silencio de los Corderos’. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo de su hasta ahora breve pasantía en la dirección, un recorrido tenue y confuso de Foster, quien en su cuarta cinta al mando no logra concretar la idea principal de un filme que intenta ser muchas cosas a la vez, con un resultado final que se diluye ante propuestas de igual tipo.

Reunir a George Clooney y Julia Roberts en una pelicula de autor no debe ser nada sencillo para los tiempos en los que transitamos. Son dos de las estrellas más carismáticas de la industria y si a eso le sumamos la participación del joven Jack O’Connell —de sorprendente transitar en ‘Invencible’, de Angelina Jolie— podemos deducir que la propuesta será interesante. Al menos sobre el papel, porque mientras corren los minutos en ‘Money Monster‘ es imposible no percibir que se queda bastante corta en su mensaje.

Lee Gates, interpretado por Clooney, es una suerte de gurú televisivo que da consejos económicos frente a la pantalla, un showman de tercera, tan despreciable que en la piel de otro actor probablemente sería más insoportable. A su lado está Patty Fenn, encarnada por la siempre correcta Julia Roberts, quien hace de productora del programa. Las cosas se ponen tensas cuando, en plena retransmisión en vivo, Kyle Burdwell (O’Connell), un joven inversor con evidente mala fortuna, decide secuestrar a nuestro carismático presentador con pistola y chaleco explosivo en mano, furioso por haber perdido todo su dinero tras un mal consejo de Gates.

Lo que arranca como un thriller con potencial argumentativo pasa a ser una sátira muy mal llevada de los medios, una especie de crítica a los elementos de manipulación dentro de la sociedad y el aprovechamiento a los sectores menos favorecidos. Y no lo voy a negar: Foster proyecta características interesantes en esta faceta tras las cámaras, un notable dominio de los tiempos que deja en evidencia el ritmo narrativo que quiere darle al filme, aunque resulta bastante obvio que lo vertiginoso del montaje es una manera de soslayar lo inverosímil de lo que vemos en pantalla. El gran problema de ‘Money Monster’ no es lo que intenta abordar, sino las formas en las que lo hace. El camino que toma la película da como resultado un trabajo de guión realmente absurdo, porque si bien estamos ante una trama ya bastante explotada en Hollywood —la del típico individuo enfrentado ante el sistema—, como mínimo se espera una utilización diferente de los recursos. En cambio, nos topamos con escenarios muy mal desarrollados.

No existe profundidad dramática, desde el uso tan trillado de una bomba, hasta hackers salidos de la nada para resolver inconvenientes, todo pende de un hilo aquí. Por si fuera poco, la película intenta reflexionar sobre la labor del periodismo en la sociedad, pero con un discurso tan superficial como poco convincente. Al final, nos topamos de frente con una de las más severas decepciones en lo que va del año, algo frustrante si tenemos en cuenta el perfil contemporáneo de la trama. Hablamos de temas actuales y realistas, de esos a los que cuesta observar hoy en día entre tantas historias fantásticas y de héroes en mallas.

bluebird Comunicación
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