Cuatro años y medio de esta década de los 10 y nos han salido 23 películas de esas imprescindibles, de esas que no se pueden dejar de ver, de esas que, unas por una cosa y otras por otra, hacen más cierta nuestra certeza: “Todo en la vida es cine y los sueños, cine son” y, además, se vislumbra una década prodigiosa para el Séptimo Arte. Algunas las hemos escrito juntos, otras por separado, pero la +1… ¡Ay, la +1! Esa es muy nuestra, de los dos, por los dos. Y de todos aquellos que alguna vez se sintieron diferentes.
‘Origen’: Por MurrayMag vive y escribe el mayor admirador de Christopher Nolan. Dicen las malas lenguas, que todas las mañanas le reza a él y a su mesías. Pero para este humilde opinador, ‘Inception’ es infinitamente mejor que la trilogía del cruzado de la capa. Al igual que hiciera en su día con ‘Memento’, nos plantea una película compleja, realizada con tiralíneas y arquitectónicamente perfecta, nos introduce en un laberinto mental en el que te guía y conduce donde quiere en todo momento. Es una de esas películas que tienes que ver con los seis sentidos, con guiños y referencias a obras maestras del cine, y que cada vez que la ves vuelves a descubrir algo nuevo, algo que habías pasado por alto o que no habías percibido, y ahí es cuando aprecias un poco más la película.
‘Black Swan’: Cuando oímos terror probablemente pensemos en películas como ‘El exorcista’, ‘El resplandor’ o incluso ‘Tiburón’, pero ¿y si hablamos de terror psicológico? Aquí debemos incluir esta cinta, que gira en torno a la obsesión humana por ser el mejor, la obsesión por la perfección y por los complejos que cada uno tenemos. Pues Darren Aronofsky fue capaz de retratar ese terror humano con una clase y elegancia propias del mismísimo Bolsoi. Si a eso le sumamos las interpretaciones excelsas de Natalie Portman y Mila Kunis, hacen que sea una película completamente imprescindible.
‘Toy Story 3’: Jonh Lasseter (aquí coguionista) sigue habiendo mucho más que un amigo en mí. Como ya adelantamos, la franquicia Toy Story es, sin duda alguna, la mejor de todas las sagas de animación y, probablemente, del cine. A diferencia de otras trilogías o sagas fabricadas para ser tres o siete películas en una, cada película de ‘Toy Story’ ha sido concebida y creada como un ser especial, individual y maravilloso. Esta última es delirante, divertida y la clara muestra de que el malo puede ser quien menos te lo esperas.
‘El Lobo de Wall Street’: Le sigo perdonando a Pilar su fobia hacia Martin y Leo, al igual que ella me perdona que califique a Orlando Bloom de blandengue. La última película de Scorsese te encanta o la odias, sin término medio. Y eso, a estos dos personajes que escribimos esta serie, nos vuelve locos. Rápida, trepidante, salvaje, sin censuras y, como es habitual en el director neoyorquino, llena de sexo, drogas, dinero sucio y sin prejuicios. La película está basada en la vida de Jordan Belfor,excelentemente interprepretado y sobreactuado por Di Caprio, el verdadero “Wolfie”. Mención especial merecen los 10 minutos de Matthew McConaughey.
‘The Artist’: Michel Hazanavicius se atrevió a hacer una película completamente diferente a todo lo demás de algo ya hecho hace un siglo. Una vuelta a los orígenes en pleno siglo XXI, una película muda y en blanco y negro en medio de la era digital. La película la acaban de completar las actuaciones de un encantador y sobreactuado Jean Dujardin y de una maravillosa Bérénice Bejo. Una pena no haber podido verla con orquesta en directo. Sin duda alguna, sí que hubiese sido una experiencia completamente nueva.
‘Drive’: Look y música de los 70/80 a golpe del rugir de motor y, por qué no, a golpe de martillo. Nicolás Winding nos sirve en bandeja un thriller urbano, violento y sangriento. A ritmo de ‘Under your spell’, de Desire, o ‘A real hero’, de College & Sonic Youth, la película te atrapa e inquieta durante los 100 minutos de metraje.
‘Intocable’: Un canto a la vida, así, sin más, podría dejar de escribir y quedarme tan ancho. Oliver Nakache y Eric Toledano supieron transmitir la alegría de vivir y apreciar las cosas que te da la vida, aunque sea en una silla de ruedas. Basada en una historia real, François Cluzet y Omar Sy, supieron contagiarnos y arrancarnos una sonrisa casi igual de grande que la del actor de origen mauritano.
‘Her’: Joaquin Phoenix es uno de esos actores que me dan pereza sólo de verlos… Aquí hay que descubrirse y hacerle reverencias. Spinke Jonze, mediante uno de los mejores guiones que se haya escrito, nos cuenta la historia de amor entre un hombre de vida triste (triste mirada, triste sonrisa, triste hablar) y aburrida, y un sistema operativo. La película es bonita, tiene una luz casi tan espectacular como la luz del cielo de Madrid. Probablemente sea una de las películas futuristas más real que se haya realizado. Por cierto, Scarlett Johansson está buena hasta en ‘Her’.
‘Argo’: Ben, por favor, deja de actuar y sigue dirigiendo, de verdad, sin acritud, es por tu bien y por el del Séptimo Arte. Lo digo muy en serio, Affleck nos sorprendió muy gratamente con la mejor película norteamericana del 2012. Basada en la historia real de la liberalización de seis diplomáticos estadounidenses durante la crisis de los rehenes de Irán. Está bien dirigida, bien contada y perfectamente creíble, sin alardes visuales o tramas innecesarias. Ya sabes, si Ben dirige una película, yo te digo Affleck.
‘12 años de esclavitud’: Steve McQuenn, el inglés, no nuestro admirado y añorado evasionista, es uno de esos descubrimientos de los últimos 10 años que más feliz me han hecho. En ‘12 años de esclavitud’ consigue transportarte a la América de mediados de siglo XIX, nos ofrece una fotografía y unos planos de Lousiana que te hacen pensar que en algún momento de tu vida has estado allí. Mención aparte es el tratamiento que le da a la historia: McQuenn no cae en la lágrima fácil, nos habla del racismo con tal belleza, que te hace sentir más impotente aún. Además… Sí, hay un además: es un magnífico director de actores. Lupita Nyong’o maravillosa, Chiwetel Eijofor natural, Michael Fassbender en la línea de ‘Shame’, Paul Giamatti sorprendente, Benedict Cumberbatch so british y Brad Pitt… Ponía la pasta.
‘La vida de Adele’: Basada en la novela gráfica de Julie Maroh, la película de Abdellatif Kechiche se alzó con la Palme d’Or de 2013. El amor tiene sus etapas y sus momentos. A través de los ojos de Adele, podemos ver cómo evolucionan las personas, sus vidas, sus relaciones y su forma de querer. ‘La vie d’Adèle’ no es más que la historia de amor de dos mujeres contada en tres períodos de sus vidas, dos mujeres completamente opuestas en la forma de pensar, en la forma de ver la vida y en la forma de querer. ¡Ah! Y en la de comer.
‘Amour’: “Dolorosamente bella” es como describió Pilar esta maravilla de Michael Haneke en cuanto salimos del cine. Es imposible describir mejor la cinta, porque ‘Amour’ es así, es dolorosa de la misma manera que es bella. ¿Cómo puede ser? No lo puedo explicar con palabras, simplemente hay que verla, sufrirla y amarla.
‘Moonrise Kingdom’: Otra vez Wes Anderson, cómo no, con otro estímulo visual, con otra medicina para el alma repleta de humor y nostalgia que te hace sonreír como cuando eras un niño, con el alma limpia. El universo Anderson es tan sorprendente como mágico y, para colmo, siempre llega habitado por ese genio llamado Bill Murray. No, no vamos a hacer la pregunta, porque nadie da más.
‘La gran belleza’: El título lo dice todo. Grandiosamente bella, sin más, Roma vista de otra manera, desde otro punto y con otra perspectiva. Paolo Sorrentino lo deja claro en los siete primeros minutos de metraje con una fiesta en la azotea de una casa del centro de la ciudad eterna, siete minutos de música y descontrol, donde quedan perfectamente reflejadas la psicología de todos los personajes. Toni Servillo nos regaló a Jepp Gambardella, uno de los mejores truhanes del cine.
‘Los miserables’: Soy un enamorado de los musicales, qué se le va hacer, y si a eso le añadimos que la novela de Víctor Hugo fue una de las primeras películas que vi tumbado en las rodillas de mi madre, eso le da un valor especial para mí. Sentimentalismos aparte, esta versión del musical a manos de Tom Hooper es una de las películas del género mejor realizada en muchos años. Hay que reconocer que los americanos (productores, directores y actores) son unos auténticos maestros en esto. Cantada completamente en directo y sin estudios de grabación de por medio, la cinta nos regala unas coreografías brillantes, y unas voces más que sorprendentes.
‘Nader y Simin, una separación’:Asghar Farhadi lo volvió a hacer después de ‘A propósito de Elly’, presentar una película y generar, de manera magistral, un cierto desasosiego a través de un guión brillante y una inteligencia desbordada a la hora de hacer cine. Y, para eso, no hacen falta grandes cosas. Los auténticos genios son aquellos que, a través de una historia costumbrista, nos ponen delante la vida, los miedos, las injusticias, los sueños, esos sentimientos que jamás se pasarán de moda y consiguen que una obra de arte perdure en el tiempo.
‘Submarine’: Richard Ayoade nos presenta esta cinta redonda, moderna pero sin modern(h)eces, con una maravillosa fotografía y un toque a lo Wes Anderson que la hace muy atractiva. Es irremediable enamorarse locamente de Oliver Tate, porque todos hemos estado perdidos en ese limbo que separa la infancia de la madurez. ¡Ah! No perdáis de vista la banda sonora. Es deliciosa y corre a cargo de Alex Turner, líder de Artic Monkeys. ¡Qué buen cine hacen los británicos, joder!
‘Frances Ha’: Creemos que bastaría con decir que si Antoine Doinel hubiese nacido unos años más tarde se llamaría Frances Ha, pero si con esto no tenéis suficiente, os diremos que esta película de Noah Baumbach es una oda a la vida y, a la vez, un homenaje a la Nouvelle Vague. Y la maravillosa Greta Gerwig habría deslumbrado al mismísimo Truffaut. En serio.
‘Precious’: No sabemos quién se inventó esa tontería de que no hay belleza en el dolor. Y si todavía no lo tenéis claro, lo mejor es que conozcáis a Precious, porque ella es bella a pesar de, o precisamente por, todo el horror que la rodea. Lee Daniels supo adaptar a la perfección ‘Push’, la primera novela de Ramona Lofton, aún más cruel que la película, aún más hermosa si cabe.
‘¿Y ahora adónde vamos?’: Nadine Labaki firma esta película que es fábula, es amor, es humor, es dolor, es surrealismo… Es, sencillamente, deliciosa. La propia Labaki dijo que “a veces, hay que ridiculizar los motivos de la guerra para entender las cosas”. Y lo consigue, con un resultado brillante además, destapando el sinsentido del fanatismo religioso a golpe de lágrima, o de carcajada, en una cinta en la que la mujer es la protagonista absoluta.
‘Django desencadenado’: Quentin, eres una bestia del cine y ya está. En esta ocasión, desenfunda su revólver y dispara una película con todas esas caracterísicas que ya son marca Tarantino: diálogos deslumbrantes, fotografía magistral, interpretaciones brutales, escenas que se quedarán para siempre grabadas en nuestra memoria y una banda sonora exquisita. No se puede pedir más.
‘Midnight in Paris’: Salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja, de estas incontrolables de pura ilusión, no tiene precio. Y eso lo consigue Woody Allen en esta cinta. Y es que no podemos dejar de emocionarnos al pensar que sí, que los llevamos dentro, pero de verdad. ¿A quién? A esos genios que el arte nos ha dejado y que, de alguna manera, perviven en nuestro interior conformando parte de los que somos. ¡Qué maravilla!
Y, bueno, el +1, la mención especial de esta semana, quizá más por motivos personales que cinematográficos (pero eso qué más da) es para… ‘Las ventajas de ser un marginado’. Esta película de Stephen Chboskyes muy especial para nosotros, para los que escribimos este texto. Y lo es porque hemos aprendido que aceptamos el amor que creemos merecer, ni más ni menos; porque “las cosas cambian, los amigos se van y la vida no se detiene por nadie”. ¡Zas! Pero no, querido, hay amigos que te aceptan como eres, hay amigos que no se van, hay amigos que se quedan y junto a los cuales te sientes infinito. Una lágrima rueda por nuestras mejillas. Disculpad.
Continuará…
“Más cine, por favor” es una serie de Javi Boix y Pilar Cámara.